TEXTOS PARA MEDITAR

TEXTOS PARA MEDITAR
En esta sección irán apareciendo distintos textos, poesías, pensamientos de autores conocidos,... que nos pueden ayudar a reflexionar un poco y a meditar sobre nuestro comportamiento como cristianos.

domingo, 5 de febrero de 2012

CARTA A DIOS

Gracias. Con esta palabra podría concluir esta carta, Dios mío. Porque eso es todo lo que tengo que decirte: gracias, gracias. Toda mi vida es testimonio de dos cosas: he sufrido no pocas veces de manos de los hombres, he recibido arañazos, desagradecimientos, soledad e incomprensiones. Pero de Ti nada he recibido sino una interminable siembra de gestos de cariño. Mi última enfermedad es uno de ellos.
Me diste primero el ser. Esta maravilla de ser hombre. El gozo de respirar la belleza del mundo. El de encontrarme a gusto en la familia humana. El de saber que, a fin de cuentas, si pongo en una balanza todos esos arañazos recibidos serán siempre muchísimo menores que el gran amor que esos mismos hombres pusieron en el otro platillo de la balanza de mi vida.
Tú acompañaste el don de ser con el de la fe. Lo absurdo hubiera sido no quererte. Lo difícil hubiera sido vivir en la amargura. Al haber aprendido desde niño a contemplar ante todo las zonas positivas de la vida y al haber asumido con normalidad las negras, resulta que cuando llegan, ya no son negras sino sólo un tanto grises. En Ti me siento siempre como acorazado ante el sufrimiento.
En la miseria he seguido siendo tuyo, y hasta me parece que tu amor era tanto más tierno cuantas más niñerías hacía yo.
El mayor de tus dones fur tu Hijo, Jesús. Si yo hubiera sido el más desgraciado de los hombres, si las desgracias me hubieran perseguido por todos los rincones de mi vida, sé que me habrá bastado recordar a Jesús para superarlas. Que Tú hayas sido uno de nosotros me reconcilia con todos nuestros fracasos y vacíos. ¿Cómo se puede estar triste sabiendo que este planeta ha sido pisado por tus pies? ¿Para qué quiero más ternuras que la de pensar en el rostro de María?
El cielo lo tenemos ya desde el momento en que podemos amarte. Nos vamos a morir sin aclarar cuál es el mayor de los dones: si el de que Tú nos ames o el de que nos permitas amarte. Y me da un poco de risa eso de que nos vas a dar el cielo como premio. ¿Cómo premio de qué? Eres un tramposo: nos regalas tu cielo y encima nos das la impresión de haberlo merecido. El amor es ya por sí solo la felicidad. Saberte Padre es el cielo. Claro que no me tienes que dar porque te quiera. Quererte es ya un don, no podrás darme más. Tú eres la única y última razón de mi amor. No tengo otras. ¿Cómo tendría alguna esperanza sin Ti? Eres Tú quien da fuerza y vigor a todo. Y yo sé sobradamente que toda mi tarea de hombre es repetir y repetir tu nombre. Y retirarme.

Razones para la amor” (José Luis Martín Descalzo)

No hay comentarios:

Publicar un comentario