TEXTOS PARA MEDITAR

TEXTOS PARA MEDITAR
En esta sección irán apareciendo distintos textos, poesías, pensamientos de autores conocidos,... que nos pueden ayudar a reflexionar un poco y a meditar sobre nuestro comportamiento como cristianos.

jueves, 29 de julio de 2010

EN CASA CON DIOS

Reserva media hora (al menos)
en tu día ocupado
para estar en casa con Dios.
Dale toda prioridad a esta “cita”.
Haz propósito de no estar con nadie,
de no estar con nada,
de no estar en ningún otro sitio
excepto en casa con Dios.
Ponte a los pies del Maestro.
Apoya tu mejilla en su rodilla.
Juega con el borde de su manto.
Déjate acariciar con ternura por Él
cuando su mano se posa en tu cabeza.
Siente el poder de sus palabras:
nota el calor de tu corazón mientras Él te habla.
Escucha sus preguntas silenciosas:
“¿Me amas de veras?
¿Me amas más que a ti mismo?
¿Me amas con un amor creciente?”
Y deja que todo tu ser
le responda con gozo y generosidad:
“Sí, te amo, sabes que te amo”.
Que el Señor se sienta a gusto contigo
Y que tú te sientas en casa con Dios.

Hedwig Lewis. “En casa con Dios”, p. 7

lunes, 26 de julio de 2010

ECHAR RAÍCES

Cuenta una historia que una persona hastiada de su vida espiritual y sin verle frutos a ella, decidió ponerle fin a la misma.
Esta persona se fue a un bosque para tener una última charla con Dios. Y dirigiéndose al Señor le dijo: ¿Podrías darme una buena razón para no darme por vencido? El Señor le respondió: Mira a tu alrededor, ¿ves el helecho y el bambú que hay en el bosque? Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. Les di luz. Les di agua. El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo no renuncié al bambú. En el segundo año el helecho creció más brillante y abundante y nuevamente, no creció nada de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú. Continuó el Señor hablándole y le dijo: En el tercer año, aun nada había brotado de la semilla de bambú. Pero no renuncié. En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú. Y tampoco renuncié, y añadió el Señor: Luego en el quinto año un pequeño brote salió de la tierra. En comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e insignificante. Pero sólo 6 meses después el bambú creció a más de 30 metros de altura. Se la había pasado cinco años echando raíces. Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir.
Continuó hablando el Señor y le dijo: No le daría a ninguna de mis creaciones un reto que no pudieras sobrellevar. ¿Sabías que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando raíces? Yo no renunciaré nunca a esperar. Nunca renunciaré a ti. No te compares con nada ni con nadie, tú eres especial para mí, como lo es cada uno de aquellos que lucha por mi amor. Y continuó diciéndole: El bambú tenía un propósito diferente al del helecho, sin embargo, ambos eran necesarios y hacían del bosque un lugar hermoso. Tu tiempo vendrá. ¡Crecerás muy alto! Y él le preguntó "¿Hasta qué altura debo de crecer? Y el Señor le respondió: En el crecimiento de la vida espiritual, nadie tiene fijado límite alguno. Como hacen los grandes árboles, crece siempre para arriba, pero no olvides de afianzar tus raíces. Crece tan alto como quieras y cuanto más crezcas, mayor será tu gloria en el reino de los Cielos.
(Extraído de http://www.religionenlibertad.com)

miércoles, 21 de julio de 2010

SI...

Si la nota dijese:
“Una nota no hace melodía...”,
no habría sinfonías.
Si una palabra dijese:
“Una palabra no puede hacer una página...”,
no habría libros.
Si la piedra dijese:
“Una piedra no puede levantar una pared...”,
no habría casas.
Si la gota de agua dijese:
“Una gota de agua
no puede formar un río...”,
no habría océanos.
Si el grano de trigo dijese:
“Un grano no puede sembrar un campo...”,
no habría cosechas.
Si el hombre dijese: “Un gesto de amor
no puede ayudar a la humanidad...”,
no habría justicia,
ni paz,
ni dignidad,
ni felicidad sobre la tierra de los hombres.
Como la sinfonía necesita cada nota,
como la casa necesita cada piedra,
como el océano necesita cada gota de agua,
como la cosecha necesita cada grano de trigo,
la humanidad entera tiene necesidad de ti,
allí donde estés.

Gabriel Leal

lunes, 12 de julio de 2010

LLÉNALO DE AMOR

Siempre que haya un vacío en tu vida,
llénalo de amor.
En cuanto sepas que tienes delante de ti
un tiempo baldío, ve a buscar el amor.
No pienses: “Sufriré”.
No pienses: “Me engañarán”.
No pienses: “Dudaré”.
Ve simplemente, regocijadamente,
en busca del amor. Ama como puedas...
pero ama siempre.
No te preocupes por la finalidad de tu amor.
Él lleva en sí mismo su propia finalidad.
No le juzgues incompleto si no responde
a tus ternuras; el amor lleva en sí
su propia plenitud. Siempre que haya
un vacío en tu vida, llénalo de amor.

Amado Nervo. Utopía nº 18, junio 1996

AVANZAR

No, no te detengas.
Comenzar bien es una gracia de Dios.
Continuar por buen camino
y no perder el ritmo...,
es una gracia todavía mayor.
Pero la gracia de las gracias,
está en no desfallecer,
con fuerzas todavía o ya no pudiendo más,
hecho trizas o añicos,
seguir avanzando hasta el fin.

Helder Cámara