TEXTOS PARA MEDITAR

TEXTOS PARA MEDITAR
En esta sección irán apareciendo distintos textos, poesías, pensamientos de autores conocidos,... que nos pueden ayudar a reflexionar un poco y a meditar sobre nuestro comportamiento como cristianos.

lunes, 20 de diciembre de 2010

NAVIDAD 3: DIBUJOS PARA COLOREAR

Seguro que a los peques (y a los no tan peques) les gusta encontrar un tiempo en las vacaciones de Navidad para colorear. Aquí van algunos motivos navideños para entreternos.





NAVIDAD 2: LA HISTORIA DEL ÁRBOL DE NAVIDAD

Estamos en un de las épocas más lindas del año: Invierno y por consiguiente navidad, la venida de Cristo al mundo, los preparativos, y el famoso árbol de navidad. Todos queremos colocarlo en casa y adornarlo con esferas y luces, pero ¿ qué significado tiene nuestro árbol de navidad?.
Cuenta la historia germana, que el árbol sostenía al mundo y que en sus ramas estaban sostenidas las estrellas, la luna y el sol. Era un símbolo de vida, porque a pesar de los duros inviernos, éste no perdía su follaje y verdor. De acuerdo a las diferentes culturas, la significación del árbol de navidad es muy variada. Aunque los primeros documentos que nos hablan del árbol de navidad son del siglo XVII en la región de Alsacia, y en el siglo XVI se tiene indicios que en los países nórdicos se empiezan a reunir familias en torno a un árbol de navidad. Mientras que los niños el día 24 eran llevados a pasear, a su regreso éstos eras sorprendidos con un árbol muy bello y decorado, así daba inicio el festejo de navidad.
El árbol de navidad es un signo muy especial, en primer lugar se asocia al árbol de Navidad con el árbol de la vida, que lucía en medio del Jardín del Edén y después de la caída desaparece; la fruta y las decoraciones nos recuerdan las gracias y dones que el hombre tenía cuando vivía en el Paraíso en completa amistad Dios.
Después viene otro simbolismo por el nacimiento de Cristo, los hombres renacen y tienen acceso a la plenitud de la vida. El árbol de Navidad representa el haber recobrado dichos dones gracias al sacrificio de Jesucristo.
Los adornos del árbol y las luces que se encienden representan el nuevo estado paradisíaco que el amor de Cristo nos prepara.
El árbol de Navidad también representa ese árbol que nace y que con el tiempo madurará en un gran árbol del cual saldrá la cruz que tal como nos recuerda la liturgia del Viernes Santo: "Cruz amable y redentora, árbol noble y espléndido, ningún árbol fue tan rico ni en frutos ni en flor". Podemos decir que de alguna manera el árbol de Navidad nos recuerda la redención. Las luces representan la luz de Cristo en nuestra vida. Y la estrella que en algunas ocasiones se coloca en la punta representa a la estrella de Belén que anuncia la redención a la humanidad.
El árbol de navidad es el conjunto de emociones unidas, en espera de la llegada de nuestro Redentor, quien por amor viene al mundo y recobra a la humanidad en todas las épocas, pero sobre todo en está donde hay calidez humana y fraternidad entre la familia.
Vivir la Navidad es saber que viene Cristo a vivirla con nosotros.

NAVIDAD 1: EL DÍA DE NOCHEBUENA

Quizá la Nochebuena sea un día de ajetreo en tu casa (preparando la cena) o en tu pandilla de amigos (preparando la fiesta nocturna) pero ¿sientes ajetreo en tu corazón ante el acontecimiento gozoso que esta noche vamos a celebrar los cristianos? Quizás has preparado casi todo pero. ¿te has preparado tú? Te recomiendo unos minutos de oración sosegada releyendo el relato evangélico de la Natividad del Señor (Lc 2, 1-20). Termina con esta sencilla poesía:
Niño de mirada tierna,
¡quién pudiera ir a Belén
a verte esta noche buena!
Pero, si naces en mí
Y en todo le que paz desea,
¿por qué envidiar a Belén
si es Belén la tierra entera?
Niño de mirada tierna,
que cuando vaya a Belén
a verte esta Nochebuena,
sean tus divinos ojos
los que me miren y vean
Y cuando llegue a Belén
A verte esta Nochebuena,
¿qué te podré yo llevar
Niño de mirada tierna?
No sé, ¡si no tengo nada,
nada que valga la pena,
nada que pueda ofrecerte
si no es mi propia pobreza!
Pues eso te llevaré,
Este montón de indigencias
que llenan mi corazón
entre alegría y penas;
mis pequeñas alegrías
y mis pequeñas tristezas,
porque, aunque tú eres tan grande,
amas las cosas pequeñas.

ADVIENTO 12: LA VENIDA GLORIOSA DEL SEÑOR

El adviento no sólo es preparación para la venida; él mismo es Venida, Advenimiento. La conmemoración de la venida humilde hace esperar la gloriosa, y no sólo esperarla, sino celebrarla. La liturgia y especialmente la Eucaristía, hace presente todos los misterios de Cristo. No sólo los ya realizados históricamente (nacimiento, pasión, muerte, resurrección), sino el último no realizado aún: la venida gloriosa. En la profesión de fe de cada domingo decimos que "de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos". En la aclamación de después de la consagración clamamos: "¡Ven, Señor Jesús!". Después del Padrenuestro, en que hemos pedido la venida del Reino, el sacerdote añade:"...mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo". Todos nos quejamos de la superficialidad sentimental de nuestra Navidad. Hacemos el belén con ilusión y lo desmontamos con tristeza, porque no nos ha dejado huella, como las estaciones que se suceden. La Navidad será seria si el Adviento lo ha sido, y el Adviento lo será si nos tomamos en serio la venida del Señor. No con miedo, sino esperándolo como Salvador: "Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación".
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HILARI RAGUER

lunes, 13 de diciembre de 2010

ADVIENTO 11: EL ESPÍRITU SANTO EN EL ADVIENTO

Durante el Adviento no podemos olvidar la presencia del Espíritu Santo que primero actúa profetizando la venida del Mesías, y después, en Jesucristo. En la Encarnación es el Espíritu Santo el que cubre con su sombra a la Santísima Virgen para que sea engendrado el Hijo de Dios. Y es también el Espíritu Santo el que, cada vez que queremos tener a Cristo en nuestra alma, se hace presente para construir en nosotros la presencia, la vida de Cristo. El Espíritu Santo es el Santificador, es el que realiza en el alma la función de dar vida en el Señor. Es Él quien nos aconseja, guía e ilumina, fortaleciéndonos para que el mensaje que la Navidad viene a traer a nuestras almas se pueda cumplir.

En este Adviento, en este camino hacia la Navidad, hacia la presencia plena de Cristo en nuestra alma, no estamos guiados por una estrella, estamos guiados por el Espíritu de Dios Nuestro Señor. Esto tiene que ser para nosotros una grandísima certeza, tiene que darnos una gran paz y una gran serenidad. Sin embargo, exige de nosotros un entrenamiento que consiste en aprender a escuchar lo que el Espíritu Santo va diciendo a nuestra conciencia. Permitamos al Espíritu Santo hablar en nuestra vida, guiarnos e inspirarnos. Nuestro corazón debe estar dispuesto a escuchar a Dios, para que este tiempo de Adviento, en el que se produce la mayor alegría para el hombre, que es el encuentro con el Señor, no pase con las hojas del calendario, sino que sea un tiempo que permanezca en el corazón. Con una gran apertura interior, permitámosle al Espíritu Santo hablar, para así poder ir quitando todo aquello que nos impiden tener paz en el alma, junto a Cristo en Belén.
P. Cipriano Sánchez

jueves, 9 de diciembre de 2010

ADVIENTO 10: TRES MIRADAS

En el Adviento celebramos el misterio de la Venida del Señor en una actitud gozosa, hecha de vigilancia, espera y acogida. Nuestra vida se presenta, con asombro siempre nuevo, ante el misterio entrañable de un Dios que se ha hecho hombre. Es este un misterio que el Adviento prepara, la Navidad celebra y la Epifanía manifiesta.
Nuestro Adviento es una mirada hacia atrás, hacia aquel acontecimiento trascendental para vivirlo con toda la intensidad, y celebrar que Dios se ha hecho hombre, que Dios ha entrado en nuestra historia, ha hecho suya nuestra debilidad y nos ha abierto el camino capaz de liberarnos del mal y del pecado.
Nuestro Adviento es una mirada a nuestro entorno para celebrar la venida constante de Dios. Invitados a vivir la venida histórica del Señor para experimentar su venida constante en las personas y los acontecimientos de nuestra vida, en todo lo que comparte nuestra cotidianidad.
Una venida que se hace constante en la oración, cuando le buscamos en el diálogo amoroso y dejamos que Él sea nuestro compañero de camino. O cuando nos reunimos en su nombre, como comunidad creyente y celebramos los sacramentos, que es donde se hace presente de manera más viva el Espíritu de Jesús.
Nuestro Adviento es una mirada a la venida definitiva como horizonte final de nuestra existencia, donde la esperanza proclama que nuestra historia no está condenada al fracaso, sino a compartir con toda la humanidad la vida plena de Dios. Una esperanza alegre y pacificadora que alienta en el camino y anima a la responsabilidad bajo la certeza de que una mano amorosa nos acogerá para eternizar nuestra vida.

ADVIENTO 9: EL ADVIENTO INTERIOR

Vivir el Adviento no es fácil. Para muchos apenas adquiere relevancia, ni la palabra en sí y mucho menos su contenido. Apenas una suma pequeña de domingos que nos conduce a la Navidad.
Es necesario reivindicar el sentido pleno del Adviento como actitud cristiana fundamental: esperar a Dios y esperarlo en Jesús; creer en su venida progresiva, misteriosa pero real, a nosotros, al mundo.
El Adviento todos los años nos exhorta a considerar el prodigio de la Venida del Señor. Pero nos recuerda también que su sentido sólo puede adquirir su plenitud si el Redentor no viene sólo para la humanidad en su conjunto, sino para cada uno de nosotros en particular: en sus alegrías y miserias, en sus convicciones, perplejidades y tentaciones, en todo lo que constituye su ser y su vida. Descubrir desde lo hondo de nuestras conciencias que Cristo es mi Redentor y viene a mi vida, es ponerse en el camino de Adviento.
El auténtico Adviento procede del interior. Del interior del corazón creyente del hombre y, sobre todo, de la hondura del amor de Dios. Debemos preparar el camino a su Amor y descubrir formas nuevas que nos pongan en disposición de recibir "al Salvador de Dios". De nuevo volverá a tener vigencia y sentido este bello deseo y oración: "Ven, Señor Jesús".
FELIPE BORAU
DABAR 1990, 2

martes, 7 de diciembre de 2010

ADVIENTO 8: POEMA

«Cuando venga mi Hijo,
me callaré.
Si él es la Palabra
yo ¿qué?...
Belén está ya cerca,
casi se ve.
Se acaba la tarea
que comencé.
Porque cuando en mis brazos
nacido esté,
el "hágase" que dije
repetiré.
Y ya no diré nada.
Ya ¿para qué?
Si él es la Palabra me callaré».
JL. M. DESCALZO

ADVIENTO 7: PROGRAMAR EL ADVIENTO

Tu Adviento debería orientarse y programarse así:
--ORA. Repite apasionadamente, como la esposa, el «Ven, Señor Jesús», o el «Venga a nosotros tu Reino»; levanta tus manos suplicantes y tu corazón en vela. Céntrate en las grandes figuras de Adviento, como Juan el Bautista. Y, sobre todo, no dejes de fijarte en María, la que culmina todas las esperanzas de los hombres.
--VIGILA. «Estad en vela». Se nos cierran muchas veces los ojos por el sueño o el embotamiento. Puede que venga el Señor y no nos enteremos. Vivimos demasiado superficial y distraídamente, y así no hay posibilidad de Adviento. Pues «ya es hora de espabilarse».
--TRABAJA. Pon tus manos, tu corazón y tus talentos al servicio del Reino. Dios quiere valerse de nosotros para hacerlo realidad. Y trabaja también en ti mismo, en tu propia renovación, para llenarte de ideales y compromisos.
--CONFÍA. Con un talante escéptico o resentido, o amargo y pesimista, nada se puede construir. Confía. Primero en ti mismo y en tus capacidades. Pero no confíes sólo en ti. Confía, sobre todo, en la fuerza que viene de lo alto. Para Dios todo es posible..
--AMA. Al Rey del amor sólo se le puede recibir con amor, amando. Amando llega más pronto el que se espera. El amor, en definitiva, es la preparación mejor, el camino más recto, para llegar a Belén y celebrar la Navidad.
CARITAS
RIOS DEL CORAZON
ADVIENTO Y NAVIDAD 1992.Págs. 31 s.

viernes, 3 de diciembre de 2010

ADVIENTO 6: LA PODA DEL ÁRBOL

Todos sabemos lo que es la poda, el corte que se hace a los árboles y a las plantas para que rebroten con más fuerza. Es curiosa la imagen de algunos árboles cuyas ramas no sólo parecen, sino que son muy jóvenes, saliendo de un tronco centenario. El conjunto da la impresión de juventud, lozanía, frondosidad y hasta sus ramas son más elásticas para adaptarse a los espacios disponibles o a la fuerza del viento que parece querer romperlas pero no lo consigue, a diferencia de la dureza del viejo enramado que cruje y se desgaja por no poder adaptarse a la corriente del viento ante quien parecen inclinarse, pero no para someterse, sino para resistir mejor. (...).
Así es el Espíritu de Jesús, como la savia, que siempre corre por el interior del árbol, pero necesita nuevos brotes que renueven sus formas de presencia o hagan más lozana y frondosa su misión. El Adviento es el tiempo del cambio, de la renovación, de la conversión, en el que aparece la invitación a la poda personal y comunitaria.
J. ALEGRE ARAGÜES
DABAR 1989, 2

lunes, 29 de noviembre de 2010

ADVIENTO 5: LOS PERSONAJES DEL ADVIENTO

Al ser la venida de Cristo anunciada por los profetas, señalada por el Precursor y realizada por la Virgen, tres son las figuras centrales del Adviento: Isaías, Juan Bautista y María.
a) Isaías. Durante el Adviento, tiempo de esperanza y de preparación, se lee el libro de Isaías. Isaías es el guía espiritual del «resto» de Israel. Como profeta, tuvo experiencia de la justicia de Dios y de la injusticia de los poderosos y mantuvo la esperanza del pueblo de Dios, al anunciar que vendría un reinado de paz, justicia y felicidad.
b) Juan Bautista. Continuador del mensaje profético de Isaías es Juan Bautista, el precursor. Fortalecido por el Espíritu, vivió en el desierto hasta el día del Adviento de Yahvé a Israel. Su misión es preceder al Señor, dar testimonio de la luz a un mundo en tinieblas y ser el amigo del Esposo que preludia el encuentro nupcial con la esposa, la humanidad dolorida. Los domingos segundo y tercero se centran en la persona y la obra del Bautista.
c) María. El final de este tiempo está referido a María, la madre de Jesús, que vivió intensamente el Adviento durante los nueve meses de gestación del Salvador en su seno. En tanto que Isaías anuncia ocho siglos antes el nacimiento del Salvador, y el Bautista lo señala en medio del pueblo, María lo entrega. Es bendita por ser madre, y lo es «entre todas las mujeres» por aceptar plenamente el Espíritu de Dios. El reinado de su hijo Jesús no tendrá

ADVIENTO 4: LA CORONA DE ADVIENTO

La Corona de Adviento tiene su origen en una tradición que consistía en prender velas durante el invierno para representar al fuego del dios sol, para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas. Partían de sus costumbres para enseñarles la fe católica. La corona está formada por una gran variedad de símbolos:
• La forma circular: El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar.
• Las ramas verdes: Verde es el color de esperanza y vida, y Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más importante en nuestras vidas debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre.
• Las cuatro velas: Nos hace pensar en la oscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas de la corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo. Son cuatro velas las que se ponen en la corona y se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de adviento al hacer la oración en familia. Las manzanas rojas que adornan la corona representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo pero recibieron también la promesa del Salvador Universal.
• El listón rojo: representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve.

ADVIENTO 3: POEMA

Hora es ya de esperanzas y de esperas
y vamos a creer en utopías.
Basta ya de sumar melancolías
y añadir fijaciones lastimeras.
Convertir el invierno en primavera
y transformar la noche en pleno día,
poner en las tristezas alegrías,
hacer del amor única bandera.
Es el tiempo gozoso del Adviento,
presagios y noticias orquestadas,
las promesas cargadas de victoria.
Nuestra tierra sintió estremecimiento,
la mujer, toda luz, embarazada,
y un Dios que va a nacer en nuestra historia.
CÁRITAS: VEN...(ADVIENTO Y NAVIDAD, 1993, PÁG. 17)

miércoles, 24 de noviembre de 2010

ADVIENTO 2: QUÉ ES EL TIEMPO DE ADVIENTO

Es la época del ciclo litúrgico en que nos preparamos para la venida de Jesucristo.
Esta venida es triple; CRISTO VINO EN LA CARNE Y EN LA DEBILIDAD; VIENE EN EL ESPÍRITU Y EN EL AMOR Y VENDRÁ EN LA GLORIA Y EN EL PODER.

UNA PRIMERA VENIDA SE REALIZÓ CUANDO EL VERBO DIVINO SE HIZO HOMBRE EN EL SENO PURÍSIMO DE MARÍA y nació -niño débil y pobre- en el pesebre de Belén, la noche de Navidad hace veinte siglos.
LA SEGUNDA VENIDA ES CONSTANTE, hecho de perenne actualidad en la historia de la Iglesia y en la vida íntima de las almas. Por la acción misteriosa del Espíritu de Amor, Jesús está naciendo constantemente en las almas, su nacimiento místico es un hecho presente o mejor dicho es de ayer, y de hoy, y de todos los siglos.
LA TERCERA VENIDA DE CRISTO -QUE SERÁ EN LA GLORIA, EL PODER Y EN EL TRIUNFO- es la que clausurará los tiempos e inaugurará la eternidad. Jesús vendrá, no a redimir, como en la primera venida, ni a santificar, como en la segunda; sino a juzgar, para hacer reinar la verdad y la justicia, para que prevalezca la santidad, para que se establezca la paz, para que reine el amor.

El año eclesiástico se abre con el adviento. La Iglesia nos alerta con cuatro semanas de anticipación para que nos preparemos a celebrar la Navidad, el nacimiento de Jesús y, a la vez, para que, con el recuerdo de la primera venida de Dios hecho hombre al mundo estemos muy atentos a estas otras venidas del Señor.

El Adviento es tiempo de preparación y esperanza. Es el momento para ver cuales son las cosas que nos separan del Señor y quitarnos todos aquello que nos aleja de El. Es por eso importante ir a las raíces mismas de nuestros actos, a los motivos que inspiran nuestras acciones y después acercarnos al SACRAMENTO DE LA PENITENCIA O RECONCILIACIÓN, para que se nos perdonen nuestros pecados.
Así cuando llegue el día de Navidad, nuestra alma estará dispuesta para recibir a Jesús. Es necesario mantenernos en estado de vigilia para luchar contra el enemigo que siempre estará acechándonos para alejarnos del bien. CUIDEMOS CON ESMERO NUESTRA ORACIÓN PERSONAL, evitemos la tibieza y mantengamos vivo el deseo de santidad. ESTEMOS VIGILANTES CON MORTIFICACIONES PEQUEÑAS, que nos mantengan despiertos para todo lo que es de Dios, y atentos a evitar todo lo que nos desvíe del camino hacia El. PIDAMOS PERDÓN AL SEÑOR SI LE OFENDEMOS Y PROFUNDICEMOS EN EL SENTIDO DEL ADVIENTO.

Ten presente "QUIEN ES EL QUE VIENE, DE DONDE VIENE Y PORQUE VIENE". Con el corazón limpio salgamos a recibir a Nuestro Rey, que está por venir. María será nuestra ayuda y nos enseñará el camino para llegar a Jesús.

lunes, 22 de noviembre de 2010

ADVIENTO 1: LITURGIA DEL ADVIENTO

¿Cuánto dura el Adviento? Inicia con las vísperas del domingo más cercano al 30 de Noviembre y termina antes de las vísperas de la Navidad (tarde del 24 de diciembre). Los domingos de este tiempo se llaman 1°, 2°, 3° y 4° de Adviento. Los días del 16 al 24 de diciembre (la Novena de Navidad) tienden a preparar más específicamente las fiestas de la Navidad. El tiempo de Adviento tiene una duración de cuatro semanas. Este año, comienza el domingo 28 de noviembre, y se prolonga hasta la tarde del 24 de diciembre, en que comienza propiamente el tiempo de Navidad. Podemos distinguir dos periodos. En el primero de ellos, que se extiende desde el primer domingo de Adviento hasta el 16 de diciembre, aparece con mayor relieve el aspecto de la segunda venida del Señor y se nos orienta hacia la espera de la venida gloriosa de Cristo. Las lecturas de la misa invitan a vivir la esperanza en la venida del Señor en todos sus aspectos: su venida al final de los tiempos, su venida ahora, cada día, y su venida hace dos mil años. En el segundo período, que abarca desde el 17 hasta el 24 de diciembre inclusive, se orienta más directamente a la preparación de la Navidad. Se nos invita a vivir con más alegría, porque estamos cerca del cumplimiento de lo que Dios había prometido. Los evangelios de estos días nos preparan ya directamente para el nacimiento de Jesús.

¿Qué características especiales tiene este tiempo?
En orden a hacer sensible esta doble preparación de espera, la liturgia suprime durante el Adviento una serie de elementos festivos. De esta forma, en la misa ya no rezamos o cantamos el Gloria, se reduce la música con instrumentos, los adornos festivos, las vestiduras son de color morado, el decorado de la Iglesia es más sobrio, etc. Todo esto es una manera de expresar tangiblemente que, mientras dura nuestro peregrinar, nos falta algo para que nuestro gozo sea completo. Y es que quien espera es porque le falta algo. Cuando el Señor se haga presente en medio de su pueblo, habrá llegado la Iglesia a su fiesta completa, significada por solemnidad de la fiesta de Navidad.

viernes, 12 de noviembre de 2010

EL NIÑO TELEVISOR

La profesora puso a sus alumnos un ejercicio en el que les pedía que explicaran qué animal o cosa les gustaría ser y por qué. Un chavalito de ocho años respondió que a él le gustaría ser una televisión. ¿Por qué?, preguntó la maestra. “Porque así mis padres me mirarían más, me cuidarían mejor, me escucharían con mayor atención, mandarían que los demás se callasen cuando yo estuviera hablando, y no me enviarían a la cama a medio juego, lo mismo que ellos nunca se acuestan a media película”.

“Razones para vivir” (José Luis Martín Descalzo)

AMIGOS

Dice una linda leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y, llegados a un determinado punto del viaje, se pusieron a discutir. El ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:
“Hoy, mi mejor amigo me pegó una bofetada en el rostro”.
Siguieron adelante y llegaron a un oasis, donde decidieron bañarse. El que había sido abofeteado estuvo a punto de ahogarse, pero fue salvado por el amigo. Al recuperarse, tomó un estilete y escribió en una piedra:
“Hoy, mi mejor amigo me salvó la vida”.
Intrigado, el amigo preguntó:
-¿Por qué después que te lastimé escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?.
Sonriendo, el otro amigo respondió:
-Cuando un gran amigo nos ofende, debemos escribir en la arena, donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo. Pero cuando nos sucede algo grande, debemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, de donde ningún viento del mundo entero podrá borrarlo.

Regálame la salud de un cuento (J.C. Bermejo)

miércoles, 3 de noviembre de 2010

NO ENFADARSE

Hay dos cosas por las que un hombre nunca se debe enfadar: por las que puede remediar y por las que no puede remediar. Por las que puede remediar, porque mejor es dedicarse a remediarlas que enfadarse. Y por las que no puede remediar, porque ya no vale la pena enfadarse si son inevitables.

Thomas Fuller

ORACIÓN A LAS ALMAS DEL PURGATORIO

Benditas almas del purgatorio: estáis sufriendo y me pedís sufragios para proporcionaros alivio. Vivo en gran peligro y gran necesidad, por lo que también os pido protección y ayuda a vosotras. Así pues, en el día de hoy, voy a ofrecer todas mis plegarias y, especialmente, todas mis buenas obras en vuestro favor.
Y a vosotras pido a cambio que os acordéis de mí y de mis necesidades. Liberadme de los peligros que me acechan y, en particular, obtened para mí esta gran gracia (mencionar la intención deseada).
Ruego a la primera alma que entre hoy en el cielo gracias a mis plegarias, que no cese de interceder por mí ante la misericordia divina hasta que, algún día, llegue yo también allí. Que el Sagrado Corazón de Jesús bendiga este intercambio de plegarias. Amén.

Beato Jacobo Alberione

LA EUCARISTÍA, UN PILAR FUNDAMENTAL

Yo quería leerles el testimonio de Van Thuan, un obispo vietnamita que estuvo muchos años encarcelado a causa de la fe… "Cuando me encarcelaron en 1975 me vino una pregunta angustiosa: "¿podré celebrar la Eucaristía?" Van Thuan explicó que, dado que al detenerle no le consintieron llevarse ninguno de sus objetos personales, al día siguiente le permitieron que escribiera a su familia para pedirles bienes de primera necesidad… Y él escribió: "Por favor, enviadme algo de vino como medicina para el dolor de estómago". Entre las ropas escondieron también algunas formas. …"No podré expresar nunca mi alegría: celebré cada día la Misa con tres gotas de vino y una de agua en la palma de la mano; cada día pude arrodillarme ante la cruz con Jesús; beber con él su cáliz más amargo y cada día, al recitar la consagración, confirmé con todo mi corazón y con toda mi alma un nuevo pacto eterno entre Jesús y yo a través de su sangre mezclada con la mía. Fueron las misas más bellas de mi vida."

Extraído de "Hasta la cumbre", de Pablo Domínguez Prieto.

miércoles, 27 de octubre de 2010

EXAMEN DE LAS BIENAVENTURANZAS

BIENAVENTURADOS LOS POBRES
Perdón Señor porque no buscamos la pobreza.
Por nuestro apego a los bienes de este mundo.
Por el afán de posesión y falta de desprendimiento.
Porque no queremos carecer de nada.
Por no vaciarnos de nosotros mismos para que seas Tú solo nuestra roca.

BIENAVENTURADOS LOS MANSOS
Perdón Señor por nuestra falta de mansedumbre.
Por nuestra carencia de amabilidad, acogida y delicadeza.
Por nuestra dureza de juicio.
Porque vemos la paja en el ojo ajeno más que la viga en el propio.
Por exagerar los defectos de los hermanos.
Por la dificultad en perdonar y olvidar.
Por nuestra propensión a la venganza.

BIENAVENTURADOS LOS QUE LLORAN
Perdón Señor por nuestro sistemático empeño en evitar el dolor.
Por nuestro esmero en evitar las aristas de tu cruz.
Por la falta de visión de fe ante el dolor.
Por la rebeldía ante el sufrimiento que permites.
Por nuestras depresiones y abatimientos.

BIENAVENTURADOS LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE JUSTICIA
Perdón Señor porque no te amamos con todo nuestro corazón, nuestra voluntad, nuestras fuerzas y nuestra mente.
Porque más que el Reino de Dios buscamos sus añadiduras.
Porque no deseamos ávidamente que se haga Tu voluntad.
Por nuestra falta de vida eucarística.
Por nuestro desamor a la Iglesia.
Por no valorar la dimensión de nuestro pecado en la comunidad.
Por nuestra pereza en todas sus manifestaciones.

BIENAVENTURADOS LOS MISERICORDIOSOS
Perdón Señor por nuestra dureza de corazón con los necesitados.
Porque no te descubrimos en el que sufre.
Por nuestra insensibilidad ante el dolor ajeno.
Por nuestra hipócrita resignación ante el mal del mundo.
Por nuestro egoísmo a la hora de ofrecer nuestro tiempo, interés y trabajo.
Por la falta de comprensión.
Por no sufrir con paciencia la falqueza del prójimo.

BIENAVENTURADOS LOS LIMPIOS DE CORAZÓN
Perdón Señor por nuestro apego al pecado.
Por nuestra falta de transparencia y sinceridad.
Por nuestra hipocresía y vida de apariencias.
Por nuestras ambiciones secretas.
Por nuestros afanes egoístas.
Por la falta de limpieza en los pensamientos, en los deseos, en las miradas.
Por nuestro mal ejemplo y el escándalo que causamos, que mancha el corazón de nuestros hermanos.

BIENAVENTURADOS LOS QUE TRABAJAN POR LA PAZ
Perdón Señor porque no trabajamos por tu paz.
Porque no somos fuente de unión y concordia entre los hermanos.
Por no comunicar serenidad de espíritu.
Por no contagiar optimismo cristiano.
Por ser causa de discordia y mal ambiente.
Por nuestras quejas y lamentos estériles.

BIENAVENTURADOS LOS QUE PADECEN PERSECUCIÓN POR CAUSA DE LA JUSTICIA
Perdón Señor por nuestra falta de compromiso con el Evangelio.
Porque queremos servir a dos señores.
Por escurrir el hombro ante el escándalo de la cruz.
Porque disimulamos por temor nuestras convicciones.
Por nuestras concesiones al que dirán.
Porque claudicamos para mantener nuestro prestigio.
Por nuestra vergüenza a hablar de Ti abiertamente.

viernes, 22 de octubre de 2010

EL PADRENUESTRO DE DIOS

Hijo mío que estás en la tierra,
preocupado, solitario, tentado,
yo conozco perfectamente tu nombre,
y lo pronuncio como santificándolo,
porque te amo.
No, no estás solo, sino habitado por Mí,
y juntos construimos este reino,
del que tú vas a ser el heredero.
Me gusta que hagas mi voluntad
porque mi voluntad es que tú seas feliz,
ya que la gloria de Dios es el hombre viviente.
Cuenta siempre conmigo
y tendrás el pan para hoy, no te preocupes,
sólo te pido que sepas compartirlo con tus hermanos.
Sabes que perdono toda tus ofensas,
antes incluso de que las cometas,
por eso te pido que hagas lo mismo
con los que a ti te ofenden.
Para que nunca caigas en la tentación
cógete fuerte de mi mano
y yo te libraré del mal,
pobre y querido hijo mío.

“Razones para vivir” (José Luis Martín Descalzo)

lunes, 18 de octubre de 2010

LAS MANOS

No tenemos en nuestras manos
las soluciones para los problemas del mundo,
pero, frente a los problemas del mundo,
tenemos nuestras manos.
Cuando el Dios de la historia venga,
nos mirará las manos.

“La sal de la tierra” (Mamerto Menapace)

EMPIEZA A CAMINAR

Un día cualquiera, que puede ser hoy, vamos a detener la carrera de nuestra vida. Vamos a entrar dentro de nosotros mismos y vamos a hablarnos con sinceridad. Porque estamos viviendo demasiado aprisa. Todo lo queremos conseguir de inmediato. Y sin darnos cuenta estamos envueltos en una realidad que es más fuerte y segura que nosotros mismos. Vayamos al encuentro de las personas, acerquémonos a ellas buscando su amistad, su comprensión y también su perdón. Llevemos hasta todas las personas lo bueno que vamos descubriendo dentro de nosotros. Y a partir de ese momento la alegría de vivir será la brújula de nuestra vida. Comprenderemos que merece la pena vivir, que la vida es bella, es continuidad, es canción, es bendición de Dios. Abramos la ventana de la vida a la alegría de vivir y veremos que la casa de nuestra vida se ilumina con un nuevo sol.
Reglas para ser feliz (E. Gil)

miércoles, 13 de octubre de 2010

LO QUE VIENE DE DIOS NO TURBA

Andaba Santa Teresa en una de sus fundaciones. Una noche, estando acostada en una hospedería, le dice de repente su compañera de viaje: "Estoy pensando qué pena sería para su merced, si yo me muriera ahora. ¿Qué haría entonces mi buena Madre, viéndose tan sola?" Y la santa respondió: "Cuando eso ocurra, ya lo pensaré. Ahora déjeme dormir".
Haz de tus pensamientos un refugio de paz y no un avispero de inquietudes. Lo que viene de Dios no turba. Lo que viene de tu egoísmo siempre turba. Hay personas que son desgraciadas porque creen que son desgraciadas.

Extraído de "La quiniela de tu vida. Sugerencias para meditar",
de Ángel de Novelé (capuchino)

lunes, 11 de octubre de 2010

VIVO SIN VIVIR EN MÍ

Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero,
Aquesta divina unión
del amor con que yo vivo,
hace a Dios ser mi cautivo
y libre mi corazón:
mas causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.
¡Ay! ¡Qué larga es esta vida,
qué duros estos destierros,
esta cárcel y estos hierros,
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa un dolor tan fiero,
que muero porque no muero.
¡Ay! ¡Qué vida tan amargado
no se goza al Señor!
Y si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga:
quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.
Sólo con la confianza
vivo de que he de morir;
porque muriendo,
el vivirme asegura mi esperanza:
muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.
Mira que el amor es fuerte:
vida, no me seas molesta;
mira que sólo te resta,
para ganarte, perderte;
venga ya la dulce muerte,
venga el morir muy ligero,
que muero porque no muero.
Aquella vida de arriba
es la vida verdadera:
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva:
muerte, no seas esquiva;
vivo muriendo primero,
que muero porque no muero.
Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios, que vive en mí,
si no es perderte a ti,
por mejor a El gozarle?
Quiero, muriendo, alcanzarle,
pues a El solo es al que quiero,
que muero porque no muero.
Estando ausente de ti,
¿qué vida puedo tener,
si no muerte padecer,
la mayor que nunca vi?
Lástima tengo de mí,
por ser mi mal tan entero,
que muero porque no muero.
El pez que del agua sale
A un de alivio no carece;
a quien la muerte padece,
al fin la muerte le vale:
¿qué muerte habrá que se iguale
a mi vivir lastimero,
que muero porque no muero?
Cuando me empiezo a aliviar
viéndote en el Sacramento,
me hace más sentimiento
el no poderte gozar:
todo es para más penar,
por no verte como quiero,
que muero porque no muero.
Cuando me gozo, Señor,
con esperanza de verte,
viendo que puedo perderte
se me dobla mi dolor:
viviendo en tanto pavor,
y esperando como espero,
que muero porque no muero.
Sácame de aquesta muerte,
mi Dios, y dame la vida,
no me tengas impedida
en este lazo tan fuerte;
mira que muero por verte,
y vivir sin ti no puedo,
que muero porque no muero.
Lloraré mi muerte y
ay lamentaré mi vida,
en tanto que detenida
por mis pecados está.
¡Oh mi Dios, cuándo será
cuando yo diga de vero
que muero porque- no muero!
Vivo ya fuera de mí
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di,
puso en mí este letrero:
que muero porque no muero.
Acaba ya de dejarme, vida:
no me seas molesta;
porque muriendo ¿qué resta,
sino vivir y gozarme?
No dejes de consolarme,
muerte, que así te requiero,
que muero porque no muero.

Sta. Teresa de Jesús

lunes, 4 de octubre de 2010

UNOS PADRES ESPECIALES

Reina de todos nosotros,
Nuestra Madre celestial,
Que a todos nos cuidas, y nos quieres por igual.

Tú como Madre nos distes, lo mejor que se puede dar,
Un Padre universal, al que todos podemos amar,
con Vosotros estamos siempre,
llenos de gozo y amor.

Os sentimos con nosotros, estáis en nuestro corazón,
Por eso siempre contentos,
Llenos de amor y de paz Os queremos sin cesar.

CH.

EL CAMINO

A ti virgencita te digo que me ayudes en el camino,
Habla con tu hijo y dile que también este conmigo,
Necesito vuestra ayuda para seguir caminando.

Mis zapatos están rotos y yo quisiera arreglarlos,
para seguir caminando.

Me falta mucho que andar, por eso OS quiero a mi lado,
y me ayudéis a llevar la cruz que me ha tocado,
y a su vez también quiero poder seguir caminando,
para poder estar, siempre a vuestro lado.

CH.

lunes, 27 de septiembre de 2010

SPE SALVI

"Me refiero a la africana Josefina Bakhita, canonizada por el Papa Juan Pablo II. Nació aproximadamente en 1869 –ni ella misma sabía la fecha exacta – en Darfur, Sudán. Cuando tenía nueve años fue secuestrada por traficantes de esclavos, golpeada y vendida cinco veces en los mercados de Sudán. Terminó como esclava al servicio de la madre y la mujer de un general, donde cada día era azotada hasta sangrar; como consecuencia de ello le quedaron 144 cicatrices para el resto de su vida. Por fin, en 1882 fue comprada por un mercader italiano para el cónsul italiano Callisto Legnani que, ante el avance de los mahdistas, volvió a Italia. Aquí, después de los terribles «dueños» de los que había sido propiedad hasta aquel momento, Bakhita llegó a conocer un «dueño» totalmente diferente –que llamó «paron» en el dialecto veneciano que ahora había aprendido –, al Dios vivo, el Dios de Jesucristo. Hasta aquel momento sólo había conocido dueños que la despreciaban y maltrataban o, en el mejor de los casos, la consideraban una esclava útil. Ahora, por el contrario, oía decir que había un «Paron» por encima de todos los dueños, el Señor de todos los señores, y que este Señor es bueno, la bondad en persona. Se enteró de que este Señor también la conocía, que la había creado también a ella; más aún, que la quería. También ella era amada, y precisamente por el «Paron» supremo, ante el cual todos los demás no son más que míseros siervos. Ella era conocida y amada, y era esperada. Incluso más: este Dueño había afrontado personalmente el destino de ser maltratado y ahora la esperaba «a la derecha de Dios Padre». En este momento tuvo «esperanza»; no sólo la pequeña esperanza de encontrar dueños menos crueles, sino la gran esperanza: yo soy definitivamente amada, suceda lo que suceda; este gran Amor me espera. Por eso mi vida es hermosa. A través del conocimiento de esta esperanza ella fue «redimida», ya no se sentía esclava, sino hija libre de Dios. Entendió lo que Pablo quería decir cuando recordó a los Efesios que antes estaban en el mundo sin esperanza y sin Dios; sin esperanza porque estaban sin Dios. Así, cuando se quiso devolverla a Sudán, Bakhita se negó; no estaba dispuesta a que la separaran de nuevo de su «Paron». El 9 de enero de 1890 recibió el Bautismo, la Confirmación y la primera Comunión de manos del Patriarca de Venecia. El 8 de diciembre de 1896 hizo los votos en Verona, en la Congregación de las hermanas Canosianas, y desde entonces –junto con sus labores en la sacristía y en la portería del claustro– intentó sobre todo, en varios viajes por Italia, exhortar a la misión: sentía el deber de extender la liberación que había recibido mediante el encuentro con el Dios de Jesucristo; que la debían recibir otros, el mayor número posible de personas. La esperanza que en ella había nacido y la había «redimido» no podía guardársela para sí sola; esta esperanza debía llegar a muchos, llegar a todos."
Extraído de Spe Salvi (encíclica de Benedicto XVI)

viernes, 24 de septiembre de 2010

DESDE CRISTO LA LEPRA NO ES MALDICIÓN

Un día durante el tiempo de Adviento, estaba yo con dos de mis hermanos de Etiopía. El día de Navidad fuimos a visitar una aldea de leprosos. Una mujer llamada Adjesbush nos contó su vida. Cuando se le declaró la lepra, su marido la abandonó. Sus cuatro hijos fueron a la guerra; uno de ellos murió y de los otros no volvió a tener noticias. Su hija pequeña dormía a su lado. ¡Deseaba tanto que su pequeña recibiera el don de la fe! Adjesbush no podía ir a pedir limosna porque tenía las dos piernas amputadas.
De pronto, inesperadamente nos dijo: "Suelo llorar en mi corazón, pero a veces también lloro externamente. Yo sé que Cristo está aquí presente, a mi lado." Y se puso a rezar alabando a Dios según la costumbre de los coptos ortodoxos.
Nos preguntábamos: ¿De dónde saca esta mujer la confianza? Más tarde pudimos constatar que era una mujer de oración. Había desarrollado en ella una profunda vida interior y una profunda comunión con Cristo. Adjesbush comprendía que su sufrimiento no venía de Dios. Sabía que Dios no era el autor de sus desgracias y sus penas.
Como si siguiera en oración, comentaba nuestra visita y sus palabras nos resultaron un canto. Decía a Dios: "Es Navidad y han venido a verme. Es el día de Navidad y no se han quedado en su casa, han venido a la mía".
Con mucha sorpresa, comprendimos que los pobres irradian una luz de evangelio única.
(Hermano Roger de Taizé, Dios sólo puede amar", PPC, 2002)

lunes, 20 de septiembre de 2010

EL PARADIGMA DE LA RIQUEZA

Un hombre muy rico llevó a su hijo a hacer un recorrido por sus tierras con el propósito de que el hijo, al ver lo pobre que era la gente del campo, comprendiera el valor de las cosas y lo afortunados que eran ellos. Estuvieron por espacio de todo un día y una noche en una granja de una familia campesina muy humilde. Al concluir el viaje, y de regreso a casa, el padre le preguntó a su hijo:
-¿Qué te pareció el viaje?.
-Muy bonito, papá.
-¿Viste qué pobre y necesitada puede ser la gente?.
-Sí.
-¿Y qué aprendiste?.
-Vi que nosotros tenemos un perro en casa, y ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos una piscina de veinticinco metros, y ellos tienen un riachuelo que no tiene fin. Nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas. Nuestro patio llega hasta el borde de la casa, el de ellos se pierde en el horizonte. Especialmente, papá, vi que ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia. Tú y mamá tenéis que trabajar todo el tiempo, y casi nunca os veo.
Al terminar el relato, el padre se quedó mudo, y su hijo agregó:
-¡Gracias, papá, por enseñarme lo ricos que podríamos llegar a ser!.
Regálame la salud de un cuento (J.C. Bermejo)

SÉ FELIZ

Ten fortaleza de ánimo,
para que nada pueda perturbar
tu paz mental.
Haz sentir a tus amigos
el alto aprecio en que les tienes.
Habla de salud,
prosperidad y felicidad.
Piensa solamente lo mejor,
trabaja solamente por lo mejor
y espera solamente lo mejor.
Sé tan entusiasta
de los éxitos de los demás
como de los tuyos propios.
Olvida los errores del pasado
y trabaja para el mejor éxito del futuro.
Sé demasiado grande para preocuparte,
noble para enfadarte,
fuerte para temer
y feliz para permitir
la presencia de las calamidades.
Reglas para ser feliz (E. Gil)

jueves, 16 de septiembre de 2010

LOS TRES CANTEROS

El viajero se acercó al aquel grupo de canteros y preguntó al primero: "¿Qué estás haciendo?" "Ya ves, respondió, aquí, sudando como un idiota y esperando que lleguen las ocho para largarme a casa." "¿Qué es lo que haces tú?", preguntó al segundo. "Yo, dijo, estoy aquí ganándome mi pan y el de mis hijos." "Y tú, preguntó al tercero, ¿qué es lo que estás haciendo?" "Estoy, respondió el tercero, construyendo una catedral."
He pensado muchas veces en esta vieja historia, porque realmente los hombres no hacemos lo que materialmente realizan nuestras manos, sino aquello hacia lo que camina nuestro corazón. Y así es como tres canteros pueden picar las mismas piedras, pero mientras uno las convierte en sudor, otro las vuelve pan y un tercero eternidad.
Razones para el amor (José Luis Martín Descalzo)

domingo, 12 de septiembre de 2010

LA MITAD DE UNA MANTA

En una humilde casa vivía un hombre con su mujer, su padre y su hijo, que todavía era un bebé. El abuelo no hacía prácticamente nada, pues estaba demasiado débil para trabajar. Se limitaba a comer y a fumar, sentado a la puerta. Entonces el hombre decidió sacarlo de la casa y abandonarlo a su suerte en las calles, como a veces se hacía, en las épocas más duras, con las bocas inútiles.
La esposa intentó interceder en favor del anciano, pero fue en vano.
-Como mínimo dále una manta- dijo ella.
-No. Le daré la mitad de una manta. Eso es suficiente.
La esposa le suplicó y, finalmente, consiguió convencerlo para que le diese la manta entera. De repente, en el momento en que el viejo estaba a punto de salir llorando de la casa, se oyó la voz del bebé en la cuna. Y el bebé le decía al padre:
-¡No!. ¡No le des la manta entera!. Dále sólo la mitad.
-¿Por qué?- preguntó el padre anonadado, acercándose a la cuna.
-Porque- contestó el bebé- yo necesitaré la otra mitad para dártela a ti el día en que te eche de aquí.
Regálame la salud de un cuento (J.C. Bermejo)

LOS OBSTÁCULOS DE LA FELICIDAD

Muchos son los obstáculos que nos privan de la felicidad. Hay personas y cosas que se interponen para que no alcancemos la felicidad. Desde pequeños aprendemos trucos y formas que creemos nos van a dar la felicidad. Creemos engañar a nuestra propia mente y es ella la que juega con nosotros, llevándonos por donde ella quiere. Si estamos tristes, la tristeza nos impide ver la otra cara de la vida: la alegría. Si nos empeñamos en pensar que todo nos sale mal, todo nos irá mal. Si pensamos que estamos derrotados, vencidos, sin duda lo estamos. Es muy cómodo buscar las excusas de nuestros problemas en los demás. Con ello lo único que hacemos es dar largas a nuestros problemas. Cuando acusamos con el dedo a una persona otros dedos de la misma mano nos están señalando y acusando. Si nos quedamos con esta visión de la vida, viviremos amargados y tristes. Démosle la vuelta a esta página y vivamos la otra realidad, la que nos llena de paz y alegría.
Reglas para ser feliz (E. Gil)

domingo, 29 de agosto de 2010

LA SEÑAL DE LA CRUZ

Como este gesto vuelve con frecuencia en mi jornada, tengo el peligro de hacerlo sin prestarle
la atención que se merece. Sin embargo es precioso por su historia, por su significado y por
su poder. Es la señal de mi fe; muestra quién soy y lo que creo. Es el resumen del Credo. Es la señal de mi agradecimiento. Tengo que hacer con amor y emoción este gesto que me recuerda que Jesús ha muerto por mí. Es la señal de mi intención de obrar, no para la tierra, sino para el Cielo. Al hacerla, y pronunciando estas misteriosas palabras -"EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO" me comprometo a obrar:
• en el nombre del Padre que me ha creado,
• en el nombre del Hijo que me ha redimido,
• en el nombre del Espíritu Santo que me santifica.
En una palabra: a actuar como hijo o hija de Dios.
Este signo es la señal de la consagración de toda mi persona.
Al tocar mi frente: rezo a Dios todos mis pensamientos.
Al tocar mi pecho: consagro a Dios todos los sentimientos de mi corazón.
Al tocar mi hombro izquierdo: le ofrezco todas mis penas y preocupaciones.
Al tocar mi hombro derecho: le consagro mis acciones.
La señal de la Cruz es en sí misma fuente de grandes gracias. Debo considerarla como la
mejor preparación a la oración, pero ya es en sí misma una oración, y de las más impresionantes.
Es una bendición. Si me emociona ser bendecido por el Papa, por un obispo, ¡ cuánto más ser bendecido por el mismo Dios !. Señor, concédeme la gracia de hacer de mi
señal de la cruz un "Heme aquí" motivador para la oración, para la acción, para mi día entero;
así como una poderosa llamada de las bendiciones del cielo sobre mí.

domingo, 22 de agosto de 2010

¿PODRÍAS VENDERME UNA HORA DE TU TIEMPO?

La noche ya había caído. Sin embargo, un pequeño hacía grandes esfuerzos para no quedarse dormido; el motivo bien valía la pena: estaba esperando a su papá. Los traviesos ojos iban cayendo pesadamente. Cuando se abrió la puerta, el niño se incorporó, como impulsado por un resorte, y soltó la pregunta que lo tenía tan inquieto:
-Papi, ¿cuánto ganas por hora?- dijo con los ojos muy abiertos.
El padre, molesto y cansado, fue tajante en su respuesta:
-Mira hijo, eso ni siquiera tu madre lo sabe; no me molestes y vuelve a dormir, que ya es muy tarde.
-Sí papi. Sólo dime cuánto te pagan por una hora de trabajo- reiteró suplicante el niño.
Tenso, el padre apenas abrió la boca para decir:
-Cuarenta euros.
-Papá, ¿podrías prestarme veinte euros?- preguntó el pequeño.
El padre se enfureció, tomó al pequeño del brazo y con tono brusco le dijo:
-Así es que para eso querías saber cuánto gano, ¿no?. ¡Vete a dormir y no sigas fastidiando, avaricioso egoísta!.
El niño se alejó tímidamente, y el padre, al meditar lo sucedido, comenzó a sentirse culpable: tal vez necesita algo, pensó; y queriendo descargar su conciencia, se asomó a la habitación de su hijo y con voz suave le preguntó:
-¿Duermes, hijo?.
-Dime, papi- respondió entre sueños.
-Aquí tienes el dinero que me pediste.
-Gracias papi- susurró el niño mientras metía su manita debajo de la almohada, de donde sacó unos billetes arrugados-. ¡Ya lo tengo, lo conseguí!- gritó jubiloso-; ¡tengo cuarenta euros!. Ahora, papá, ¿podrías venderme una hora de tu tiempo?.
Regálame la salud de un cuento (J.C. Bermejo)

DEBEMOS TENER

DEBEMOS TENER ...
La suficiente alegría para ser siempre amables.
Los suficientes problemas para ser fuertes.
Las suficientes pensas para ser humanos.
La suficiente esperanza para ser felices.
Los suficientes fracasos para ser humildes.
El suficiente éxito para ser entusiastas.
Los suficientes amigos para confortarlos.
El suficiente dinero para cubrir nuestras necesidades.
El suficiente entusiasmo para seguir adelante.
La suficiente fe para vencer la depresión.
La suficiente determinación para hacer que cada día sea mejor que el anterior.
Y el suficiente deseo de ser un poco más feliz cada día.
Reglas para ser feliz (E. Gil)

martes, 17 de agosto de 2010

¿CÓMO CRECER?

Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.
La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. Entonces encontró una planta, una fresia, floreciendo y más fresca que nunca.
El rey preguntó:
¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresia de la mejor manera que pueda".

Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mírate a ti mismo.
No hay posibilidad de que seas otra persona. Puedes disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor, o puedes marchitarte en tu propia condena...

Cuentos para pensar (Jorge Bucay)

viernes, 13 de agosto de 2010

HACERLE UN SITIO A DIOS

Me levanté temprano una mañana,
y me lancé a aprovechar el día.
Tenía tantas cosas que hacer,
que no tuve tiempo para rezar.
Se me amontonaron los problemas
y todo se me volvía cada vez más difícil.
“¿Por qué no me ayuda Dios?”, me preguntaba.
Y Él me respondió: “No me lo has pedido”.
Quería sentir la alegría y la belleza,
pero el día continuó triste y sombrío.
Me pregunté por qué Dios
no me las había dado.
Y Él me dijo: “Es que no me lo has pedido”.
Intenté abrirme paso hasta la presencia de Dios,
y probé todas mis llaves en la cerradura.
Y Dios me dijo suave y amorosamente:
“Hijo mío, no has llamado a la puerta”.
Pero esta mañana me levanté temprano
y me tomé una pausa antes de afrontar el día.
Tenía tantas cosas que hacer,
que tuve que tomarme tiempo para orar.

ÚNICOS E IRREPETIBLES

Un maestro estaba explicando en clase los
inventos modernos: “¿Quién de vosotros puede
mencionar algo importante que no existiera hace
cincuenta años?”.
Un avispado rapaz que se encontraba en la
primera fila levantó rápidamente la mano y dijo:
“Yo”.
Efectivamente, él era el mejor y más importante
invento.

Raúl Berza, “Parábolas para una nueva evangelización”,
p. 105

jueves, 29 de julio de 2010

EN CASA CON DIOS

Reserva media hora (al menos)
en tu día ocupado
para estar en casa con Dios.
Dale toda prioridad a esta “cita”.
Haz propósito de no estar con nadie,
de no estar con nada,
de no estar en ningún otro sitio
excepto en casa con Dios.
Ponte a los pies del Maestro.
Apoya tu mejilla en su rodilla.
Juega con el borde de su manto.
Déjate acariciar con ternura por Él
cuando su mano se posa en tu cabeza.
Siente el poder de sus palabras:
nota el calor de tu corazón mientras Él te habla.
Escucha sus preguntas silenciosas:
“¿Me amas de veras?
¿Me amas más que a ti mismo?
¿Me amas con un amor creciente?”
Y deja que todo tu ser
le responda con gozo y generosidad:
“Sí, te amo, sabes que te amo”.
Que el Señor se sienta a gusto contigo
Y que tú te sientas en casa con Dios.

Hedwig Lewis. “En casa con Dios”, p. 7

lunes, 26 de julio de 2010

ECHAR RAÍCES

Cuenta una historia que una persona hastiada de su vida espiritual y sin verle frutos a ella, decidió ponerle fin a la misma.
Esta persona se fue a un bosque para tener una última charla con Dios. Y dirigiéndose al Señor le dijo: ¿Podrías darme una buena razón para no darme por vencido? El Señor le respondió: Mira a tu alrededor, ¿ves el helecho y el bambú que hay en el bosque? Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. Les di luz. Les di agua. El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo no renuncié al bambú. En el segundo año el helecho creció más brillante y abundante y nuevamente, no creció nada de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú. Continuó el Señor hablándole y le dijo: En el tercer año, aun nada había brotado de la semilla de bambú. Pero no renuncié. En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú. Y tampoco renuncié, y añadió el Señor: Luego en el quinto año un pequeño brote salió de la tierra. En comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e insignificante. Pero sólo 6 meses después el bambú creció a más de 30 metros de altura. Se la había pasado cinco años echando raíces. Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir.
Continuó hablando el Señor y le dijo: No le daría a ninguna de mis creaciones un reto que no pudieras sobrellevar. ¿Sabías que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando raíces? Yo no renunciaré nunca a esperar. Nunca renunciaré a ti. No te compares con nada ni con nadie, tú eres especial para mí, como lo es cada uno de aquellos que lucha por mi amor. Y continuó diciéndole: El bambú tenía un propósito diferente al del helecho, sin embargo, ambos eran necesarios y hacían del bosque un lugar hermoso. Tu tiempo vendrá. ¡Crecerás muy alto! Y él le preguntó "¿Hasta qué altura debo de crecer? Y el Señor le respondió: En el crecimiento de la vida espiritual, nadie tiene fijado límite alguno. Como hacen los grandes árboles, crece siempre para arriba, pero no olvides de afianzar tus raíces. Crece tan alto como quieras y cuanto más crezcas, mayor será tu gloria en el reino de los Cielos.
(Extraído de http://www.religionenlibertad.com)

miércoles, 21 de julio de 2010

SI...

Si la nota dijese:
“Una nota no hace melodía...”,
no habría sinfonías.
Si una palabra dijese:
“Una palabra no puede hacer una página...”,
no habría libros.
Si la piedra dijese:
“Una piedra no puede levantar una pared...”,
no habría casas.
Si la gota de agua dijese:
“Una gota de agua
no puede formar un río...”,
no habría océanos.
Si el grano de trigo dijese:
“Un grano no puede sembrar un campo...”,
no habría cosechas.
Si el hombre dijese: “Un gesto de amor
no puede ayudar a la humanidad...”,
no habría justicia,
ni paz,
ni dignidad,
ni felicidad sobre la tierra de los hombres.
Como la sinfonía necesita cada nota,
como la casa necesita cada piedra,
como el océano necesita cada gota de agua,
como la cosecha necesita cada grano de trigo,
la humanidad entera tiene necesidad de ti,
allí donde estés.

Gabriel Leal

lunes, 12 de julio de 2010

LLÉNALO DE AMOR

Siempre que haya un vacío en tu vida,
llénalo de amor.
En cuanto sepas que tienes delante de ti
un tiempo baldío, ve a buscar el amor.
No pienses: “Sufriré”.
No pienses: “Me engañarán”.
No pienses: “Dudaré”.
Ve simplemente, regocijadamente,
en busca del amor. Ama como puedas...
pero ama siempre.
No te preocupes por la finalidad de tu amor.
Él lleva en sí mismo su propia finalidad.
No le juzgues incompleto si no responde
a tus ternuras; el amor lleva en sí
su propia plenitud. Siempre que haya
un vacío en tu vida, llénalo de amor.

Amado Nervo. Utopía nº 18, junio 1996

AVANZAR

No, no te detengas.
Comenzar bien es una gracia de Dios.
Continuar por buen camino
y no perder el ritmo...,
es una gracia todavía mayor.
Pero la gracia de las gracias,
está en no desfallecer,
con fuerzas todavía o ya no pudiendo más,
hecho trizas o añicos,
seguir avanzando hasta el fin.

Helder Cámara

domingo, 27 de junio de 2010

LA FE

Tener fe es como llevar una linterna en una
excursión nocturna. El paisaje no cambia al ser
iluminado, ni disminuye el cansancio de la marcha.
Pero el que tiene la linterna ve mejor cómo
es la espesura y camina con un poco más de
seguridad. El peso de la linterna le puede exasperar
a veces, o las sombras producidas hacerle
imaginar feroces fantasmas, pero gracias a la
linterna será más difícil que tropiece y caiga, y
se sentirá satisfecho de poder prestar una ayuda
a los demás.

Raúl Berzosa, “Parábolas para una nueva evangelización”,
p. 161

AGRANDA LA PUERTA

Agranda la puerta, padre,
porque no puedo pasar;
la hiciste para los niños,
yo he crecido a mi pesar.
Si no me agrandas la puerta,
achícame por piedad;
vuélveme a la edad bendita
en que vivir es soñar.

Miguel de Unamuno

viernes, 18 de junio de 2010

RECETA PARA UN HOGAR FELIZ

Ingredientes:
3 tazas de amor, 3 tazas de fe,
2 tazas de comprensión, 2 tazas de lealtad,
1 taza de olvido, 1 taza de esperanza,
5 cucharadas de ternura,
4 cucharadas de bondad,
3 cucharadas de silencio
1 barril de alegría.
Instrucciones:
Tomando el amor y la fe,
mezclarlos a fondo con la lealtad
y la comprensión.
Agregar ternura, bondad y esperanza.
Aderezar con olvido y silencio.
Condimentar abundantemente con alegría.
Hornear con rayos de sol.

Enrique de Soto.

AUSENTES

Según antiguas tradiciones tibetanas, Dios viene
muchas veces a visitarnos a cada uno, pero se
marcha porque sencillamente no nos encuentra.
No estamos en casa. Es decir, que no estamos
donde estamos. Que estamos presentes, sí,
corporalmente, físicamente donde está en aquel
momento nuestro cuerpo externo, pero que
nuestra mente, nuestra alma, nuestra conciencia
están lejos, están dispersas, están perdidas sin
saber dónde están. Dios llama a la puerta, pero
no hay nadie en casa. Nadie contesta. Se pone
ante nuestros ojos, pero no le vemos. Habla a
nuestro interior, pero no le escuchamos. No
estamos en casa. Estamos ausentes de nosotros
mismos. Ésa es nuestra dolencia.
Una visita de cortesía no es un encuentro de
conciencias. Un apretón de manos puede ser un
mero frotar de piel. Y con frecuencia estamos
fuera de nuestra piel. Dios no nos encuentra
porque nosotros no nos hemos encontrado a
nosotros mismos.
Ése es el secreto del recogimiento, la contemplación,
la unión: estar en casa cuando Dios
llama.


Carlos G. Vallés
Vida Nueva, nº 2031 de marzo del 96