TEXTOS PARA MEDITAR

TEXTOS PARA MEDITAR
En esta sección irán apareciendo distintos textos, poesías, pensamientos de autores conocidos,... que nos pueden ayudar a reflexionar un poco y a meditar sobre nuestro comportamiento como cristianos.

domingo, 29 de enero de 2012

ENCIENDE TU LÁMPARA

En cuanto caiga la noche, enciende tu lámpara.
No permanezcas en la oscuridad,
Enciende cuidadosamente tu lámpara.
El viajero que pase dirá:
“cuánto reposo debe haber cerca de esa luz, y cuánta paz”
La mujer solitaria que la distinga de lejos pensará:
“allí debe anidar el amor, dos que se quieren son bañados por el mismo fulgor blando…”
El niño que la contemple exclamará:
“tal vez hay niños en rededor de la mesa, y leen bellos cuentos, y miran maravillosas estampas”
El ladrón furtivo murmurará con recelo:
“allí vive un hombre prevenido a quien no se puede atacar a mansalva”
Muchos, al internarse en la selva, se sentirán confortados con tu luz.
En verdad te digo que es misericordioso a las primeras sombras
Encender nuestra lámpara:
La buena lámpara de que el Padre ha provisto a los caminantes de la vida.

(Amado Nervo)

jueves, 5 de enero de 2012

NAVIDAD 12: NAVIDAD ES…

• Celebrar nuestra fe en un Dios que es fiel y que cumple su promesa.
• Es reconocer que Dios había prometido un Salvador y que lo ha cumplido. Es ver el inmenso amor de Dios, que tanto nos amó que nos envió a su Hijo.
• Es maravillarnos por el hecho de que Dios se hace hombre, uno de nosotros.
• Es reconocer la dignidad y la grandeza de la naturaleza humana, lo bien que Dios nos ha hecho que hasta El mismo la pudo asumir.
• Es darnos cuenta que Dios nos redime desde nuestras circunstancias, desde nuestra propia historia. No se queda allá lejos, sino que viene a ser uno de nosotros para recrearnos en su redención.
• Es maravillarnos del hecho que Dios haya querido nacer como nosotros, para ser uno de nosotros, en todo igual a nosotros, menos en el pecado. Es darnos cuenta que para Dios no hay nada imposible.
• Es maravillarnos hasta donde Dios puede ir para que nosotros estemos con él.
• Es Dios con nosotros, viviendo nuestra vida y haciéndonos vivir la suya.
• Es fiesta en el cielo y en la tierra, porque Dios se ha hecho hombre.

miércoles, 4 de enero de 2012

NAVIDAD 11: Navidad no es cuento

Alguien me acercó un cuento de Navidad que leyó en alguna parte. Lo contaré a continuación porque realiza un hermoso viaje al corazón de Jesús niño.
Se dice que, cuando los pastores se alejaron y la quietud volvió, el niño del pesebre levantó la cabeza y miró la puerta entreabierta. Un muchacho joven, tímido, estaba allí, temblando y temeroso.
-Acércate -le dijo Jesús- ¿Por qué tienes miedo?
-No me atrevo… no tengo nada para darte.
-Me gustaría que me des un regalo -dijo el recién nacido.
El pequeño intruso enrojeció de vergüenza y balbuceó:
-De verdad no tengo nada… nada es mío; si tuviera algo, algo mío, te lo daría… mira.
Y buscando en los bolsillos de su pantalón andrajoso, sacó una hoja de cuchillo herrumbrada que había encontrado.
-Es todo lo que tengo, si la quieres, te la doy…
-No -contestó Jesús- guárdala. Querría que me dieras otra cosa. Me gustaría que me hicieras tres regalos.
-Con gusto -dijo el muchacho- pero ¿qué?
-Ofréceme el último de tus dibujos.
El chico, cohibido, enrojeció. Se acercó al pesebre y, para impedir que María y José lo oyeran, murmuró algo al oído del Niño Jesús:
-No puedo… mi dibujo es «remalo»… ¡nadie quiere mirarlo…!
-Justamente, por eso yo lo quiero… siempre tienes que ofrecerme lo que los demás rechazan y lo que no les gusta de ti. Además quisiera que me dieras tu plato.
-Pero… ¡lo rompí esta mañana! - tartamudeó el chico.
-Por eso lo quiero… Debes ofrecerme siempre lo que está quebrado en tu vida, yo quiero arreglarlo… Y ahora - insistió Jesús- repíteme la respuesta que le diste a tus padres cuando te preguntaron cómo habías roto el plato.
El rostro del muchacho se ensombreció; bajó la cabeza avergonzado y, tristemente, murmuró:
-Les mentí… Dije que el plato se me cayó de las manos, pero no era cierto… ¡Estaba enojado y lo tiré con rabia!
-Eso es lo que quería oírte decir -dijo Jesús- Dame siempre lo que hay de malo en tu vida, tus mentiras, tus calumnias, tus cobardías y tus crueldades. Yo voy a descargarte de ellas… No tienes necesidad de guardarlas… Quiero que seas feliz y siempre voy a perdonarte tus faltas. A partir de hoy me gustaría que vinieras todos los días a mi casa.

(por Ariel David Busso, del libro Caminos de cielo limpio, de Editorial Lumen. )

martes, 3 de enero de 2012

NAVIDAD 10: LA NAVIDAD DE LOS POBRES

Navidad no es la fiesta de los regalos y las compras, de banquetes y grandes gastos, sino la fiesta de los pobres y los sencillos.
La primera Navidad fue la Navidad de unos pobres, María y José, que no hallaron lugar en la posada del pueblo de Belén y tuvieron que ocupar un lugar deshabitado para que naciera el Niño (Lucas 2,7).
Navidad es la fiesta de los pobres, de los pastores que guardaban el rebaño de noche a quienes se anunció en primer lugar la gran noticia de que había nacido el Salvador en Belén (Lucas 2,8-20).
Navidad es la fiesta de un Dios que se hace niño, pobre, que entra en nuestro mundo sin poder ni riqueza, débil, frágil, pequeño, para que nadie se asuste de él
´ Por esta la celebración cristiana de Navidad que cada año recordamos ha de ser la fiesta de la solidaridad, del amor a los pequeños, del compartir, de comenzar a vivir la vida con ojos de niño, de confiar en Dios que no olvida a su pueblo.
Convertir la Navidad en una fiesta para ricos es un contrasentido, una blasfemia, es la más contrario al espíritu de la primera Navidad.
Si siempre es verdad que Jesús está en los pobres (Mateo 25,31-45), esto debe manifestarse mucho más en Navidad.
Entonces Navidad será la fiesta del amor y de la alegría verdadera.

lunes, 2 de enero de 2012

NAVIDAD 9: Cuento de Navidad

Era la noche de Navidad. Un ángel se apareció a una familia rica y le dijo a la dueña de la casa:

- Te traigo una buena noticia: esta noche el Señor Jesús vendrá a visitarte a tu casa.
La señora quedó entusiasmada: Nunca había creído posible que en su casa sucediese este milagro. Trató de preparar una cena excelente para recibir a Jesús. Encargó pollos, conservas y vino importados.
De repente sonó el timbre. Era una mujer mal vestida, de rostro sufrido, con el vientre hinchado por un embarazo muy adelantado.
- Señora, ¿no tendría algún trabajo para darme? Estoy embarazada y tengo mucha necesidad del trabajo.
-¿Pero esta es hora de molestar? Vuelva otro día, respondió la dueña de la casa. Ahora estoy ocupada con la cena para una importante visita.
Poco después, un hombre, sucio de grasa, llamó a la puerta.
- Señora, mi camión se ha arruinado aquí en la esquina. ¿Por casualidad no tendría usted una caja de herramientas que me pueda prestar?
La señora, ocupada como estaba limpiando los vasos de cristal y los platos de porcelana, se irritó mucho:
- ¿Usted piensa que mi casa es un taller mecánico? ¿Dónde se ha visto importunar a la gente así?. Por favor, no ensucie mi entrada con esos pies inmundos.
La anfitriona siguió preparando la cena: abrió latas de caviar, puso champaña en el refrigerador, escogió de la bodega los mejores vinod, preparó unos coctelitos.
Mientras tanto alguien afuera batió las palmas. Será que ahora llega Jesús, pensó ella emocionada y con el corazón acelerado fue a abrir la puerta. Pero no era Jesús. Era un niño harapiento de la calle.
- Señora, deme un plato de comida.
-¿Cómo te voy a dar comida si todavía no hemos cenado? Vuelve mañana, porque esta noche estoy muy atareada.
Al final, la cena estaba ya lista. Toda la familia emocionada esperaba la ilustre visita. Sin embargo, pasaban las horas y Jesús no parecía. Cansados de esperar empezaron a tomar los coctelitos, que al poco tiempo comenzaron a hacer efecto en los estómagos vacíos y el sueño hizo olvidar los pollos y los platos preparados.
A la mañana siguiente, al despertar, la señora se encontró , con gran espanto frente a un ángel.
- ¿Un ángel puede mentir? Gritó ella. Lo preparé todo con esmero, aguardé toda la noche y Jesús no apareció. ¿Por qué me hizo esta broma?
- No fui yo quien mentí, fue usted la que no tuvo ojos para ver, dijo ángel. Jesús estuvo aquí tres veces, en la persona de la mujer embarazada, en la persona del camionero y en el niño hambriento. Pero usted no fue capaz de reconocerlo y de acogerlo.

(Frei Betto, A Comunidad de fe.
Catecismo popular, Sao Pulo, 1989, pp 50-52)

domingo, 1 de enero de 2012

NAVIDAD 8: SÓLO SEMILLAS DE PAZ

Cuentan que un joven paseaba una vez por una ciudad cuando, de pronto se encontró con un comercio sobre cuya marquesina se leía este rótulo: LA FELICIDAD. Al entrar descubrió que quiénes despachaban eran ángeles. Y, medio asustado, se acercó a uno de ellos y les preguntó:
-Por favor, ¿qué venden aquí?
-Aquí - respondió el ángel -. Aquí vendemos de todo, todo lo bueno para conseguir FELICIDAD
¡Ah! - dijo el joven -. Sírvame entonces el fin de todas las guerras, muchas toneladas de amor entre los hombres, un gran bidón de comprensión entre las familias; más tiempo de los padres para jugar con sus hijos, perdón para los enfados, cariño para los momentos tristes... Y así prosiguió hasta que el ángel le dijo: Perdone, señor. Aquí no vendemos frutos sino semillas.

En los mercados de Dios ( y los del alma) siempre es así. Nunca te venden amor ya fabricado; ofrecen una semilla que tú debes en plantar en tu corazón, que tienes luego que regar y cultivar mimosamente, que has de defender de los fríos y que al fin, muy tarde, quién sabe en qué primavera, acabará floreciendo e iluminándote el alma. Y con la paz ocurre lo mismo. Hay quienes gustarían con unos cuantos millones llevarse unos kilos de paz y amor para su casa o para el mundo. Pero Dios ha querido que seamos nosotros quienes multiplicáramos su creación con las semillas que Él amorosamente ha sembrado en cada uno de nosotros.
(J.L.Martín Descalzo)