TEXTOS PARA MEDITAR

TEXTOS PARA MEDITAR
En esta sección irán apareciendo distintos textos, poesías, pensamientos de autores conocidos,... que nos pueden ayudar a reflexionar un poco y a meditar sobre nuestro comportamiento como cristianos.

lunes, 26 de julio de 2010

ECHAR RAÍCES

Cuenta una historia que una persona hastiada de su vida espiritual y sin verle frutos a ella, decidió ponerle fin a la misma.
Esta persona se fue a un bosque para tener una última charla con Dios. Y dirigiéndose al Señor le dijo: ¿Podrías darme una buena razón para no darme por vencido? El Señor le respondió: Mira a tu alrededor, ¿ves el helecho y el bambú que hay en el bosque? Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. Les di luz. Les di agua. El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo no renuncié al bambú. En el segundo año el helecho creció más brillante y abundante y nuevamente, no creció nada de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú. Continuó el Señor hablándole y le dijo: En el tercer año, aun nada había brotado de la semilla de bambú. Pero no renuncié. En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú. Y tampoco renuncié, y añadió el Señor: Luego en el quinto año un pequeño brote salió de la tierra. En comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e insignificante. Pero sólo 6 meses después el bambú creció a más de 30 metros de altura. Se la había pasado cinco años echando raíces. Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir.
Continuó hablando el Señor y le dijo: No le daría a ninguna de mis creaciones un reto que no pudieras sobrellevar. ¿Sabías que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando raíces? Yo no renunciaré nunca a esperar. Nunca renunciaré a ti. No te compares con nada ni con nadie, tú eres especial para mí, como lo es cada uno de aquellos que lucha por mi amor. Y continuó diciéndole: El bambú tenía un propósito diferente al del helecho, sin embargo, ambos eran necesarios y hacían del bosque un lugar hermoso. Tu tiempo vendrá. ¡Crecerás muy alto! Y él le preguntó "¿Hasta qué altura debo de crecer? Y el Señor le respondió: En el crecimiento de la vida espiritual, nadie tiene fijado límite alguno. Como hacen los grandes árboles, crece siempre para arriba, pero no olvides de afianzar tus raíces. Crece tan alto como quieras y cuanto más crezcas, mayor será tu gloria en el reino de los Cielos.
(Extraído de http://www.religionenlibertad.com)

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