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a) Isaías. Durante el Adviento, tiempo de esperanza y de preparación, se lee el libro de Isaías. Isaías es el guía espiritual del «resto» de Israel. Como profeta, tuvo experiencia de la justicia de Dios y de la injusticia de los poderosos y mantuvo la esperanza del pueblo de Dios, al anunciar que vendría un reinado de paz, justicia y felicidad.
b) Juan Bautista. Continuador del mensaje profético de Isaías es Juan Bautista, el precursor. Fortalecido por el Espíritu, vivió en el desierto hasta el día del Adviento de Yahvé a Israel. Su misión es preceder al Señor, dar testimonio de la luz a un mundo en tinieblas y ser el amigo del Esposo que preludia el encuentro nupcial con la esposa, la humanidad dolorida. Los domingos segundo y tercero se centran en la persona y la obra del Bautista.
c) María. El final de este tiempo está referido a María, la madre de Jesús, que vivió intensamente el Adviento durante los nueve meses de gestación del Salvador en su seno. En tanto que Isaías anuncia ocho siglos antes el nacimiento del Salvador, y el Bautista lo señala en medio del pueblo, María lo entrega. Es bendita por ser madre, y lo es «entre todas las mujeres» por aceptar plenamente el Espíritu de Dios. El reinado de su hijo Jesús no tendrá
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