A un discípulo que vivía obsesionado por la idea de la vida después de la muerte le dijo el Maestro: “¿Por qué malgastas un solo momento pensando en la otra vida?”
“Pero ¿acaso es posible no hacerlo?”
“Sí”
“¿Y cómo?”
“Viviendo el cielo aquí y ahora”.
“¿Y dónde está el cielo?”
“Aquí y ahora mismo”.
(A. de Mello)
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