No enumeres jamás en tu imaginación lo que te falta.
Cuenta por el contrario todo lo que posees;
Detállalo, si es preciso, hasta con nimiedad,
Y verás que , en suma, la vida ha sido espléndida contigo.
Las cosas bellas se adueñan tan suavemente de nosotros,
Y nosotros con tal blandura entramos en su paraíso,
Que casi no advertimos su presencia.
De allí que nunca les hagamos la justicia que merecen.
La menor espina, en cambio, como araña,
Nos sacude la atención con un dolor,
Y nos deja la firma de este dolor en la cicatriz.
De allí que seamos tan parciales al contar las espinas.
Pero la vida es liberal en sumo grado;
Haz inventario estricto de sus dones, y te convencerás.
(Amado Nervo)
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