Hay manos que se manchan de sangre apretando un gatillo, hay manos que se manchan de sangre provocando una guerra o practicando un aborto...Hay manos que se manchan firmando leyes que van contra la Ley Natural...Pero no hay ninguna mano definitivamente indigna. El hombre, por muy abyecto que sea, siempre está a tiempo de dejar de serlo. Vivir es eso: estar todavía a tiempo...Quizá porque soy converso, creo más que otros en la capacidad de regeneración y redignificación del ser humano. Y no se debe cercenar esa posibilidad.
Narciso Yepes
No hay comentarios:
Publicar un comentario