![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxDPpF1IibXr3vWKyqk_GjW82_bx5X63e5YFcCbP6pFD4jh-yQ-s3soFP_18-DDwFzd3bXWw2yAUdx-LHTGtjpc21JusQeqAnWoaDL4u0bWcJ1RgYeGDDH8gWTOqVCvZsDVOWUrRzmnu0_/s200/corazonm.jpg)
La cuaresma se inicia en la liturgia del Miércoles de Ceniza con esta hermosa lectura del libro del profeta Joel: “Rasga tu corazón y no tus vestidos, y vuelve a Yavé tu Dios, porque él es bondadoso y compasivo...” . El Dios de la Vida, que es rico en misericordia y lleno de compasión por nosotros, nos convoca a un cambio de corazón. Del corazón brotan las actitudes, los sentimientos, los valores que mueven la vida de cada uno. Por eso Dios quiere que examinemos nuestro corazón y dejemos que su Espíritu lo llene, para poder vivir como El enseña, para poder realizar su Proyecto.
Son repetidas las veces en que los profetas llaman a un cambio de corazón. Ezequiel lo dirá con palabras tajantes: “Os quitaré del cuerpo el corazón de piedra y os pondré un corazón de carne. Infundiré mi Espíritu en vosotros para que viváis según mis mandatos. El cambio de corazón expresa la conversión a la que Dios nos invita. Dejar que El sea quien nos mueva… Cuaresma es el tiempo propicio para hacer una revisión de vida y, a la luz de la Palabra, disponernos al cambio interior. ¿Nos animaremos a vivir la Cuaresma desde las exigencias de Dios?
No hay comentarios:
Publicar un comentario