Tener fe es como llevar una linterna en una
excursión nocturna. El paisaje no cambia al ser
iluminado, ni disminuye el cansancio de la marcha.
Pero el que tiene la linterna ve mejor cómo
es la espesura y camina con un poco más de
seguridad. El peso de la linterna le puede exasperar
a veces, o las sombras producidas hacerle
imaginar feroces fantasmas, pero gracias a la
linterna será más difícil que tropiece y caiga, y
se sentirá satisfecho de poder prestar una ayuda
a los demás.
Raúl Berzosa, “Parábolas para una nueva evangelización”,
p. 161
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