TEXTOS PARA MEDITAR

TEXTOS PARA MEDITAR
En esta sección irán apareciendo distintos textos, poesías, pensamientos de autores conocidos,... que nos pueden ayudar a reflexionar un poco y a meditar sobre nuestro comportamiento como cristianos.

lunes, 30 de mayo de 2011

PASCUA 21: POEMA

Dános, Señor, un corazón fuerte,
Que te ame con sinceridad,
Con ardor, con sacrificio,
Que te sea fiel en cada hora,
Que convierta cada obstáculo en estímulo
Para amarte en mayor medida,
Cada falta, en contrición;
Cada dolor, en ofrenda;
Cada acción, en amor;
Cada gracia, en gozo.
¡Oh Dios Padre,
Oh Dios Hijo,
Oh Dios Espíritu Santo! Amén.


(Cardenal Montini- Pablo VI)

PASCUA 20: LA HUMILDAD ES LA VERDAD

Dejad que el amor de Dios tome entera y absoluta posesión de un corazón; que llegue a ser para este corazón como una segunda naturaleza; que no deje entrar en él nada que le sea contrario; que se afane continuamente en hacer crecer este amor de Dios buscando complacerle en todo sin rehusar nada de lo que le pida; que acepte como venido de la mano de Dios todo lo que suceda.
El conocimiento de Dios produce amor; y el de sí mismo, humildad. La humildad no es otra cosa que la verdad. ¿Qué tenemos que no hayamos recibido?, nos pregunta san Pablo. Si todo lo he recibido, ¿qué bien me pertenece? Si estamos convencidos de ello, jamás levantaremos la cabeza con orgullo. Si sois humildes, nada os afectará, ni la alabanza ni el oprobio, porque sabéis qué es lo que sois. Si alguien se burla de vosotros, no os vais a amilanar. Si alguien os proclama santo, no os pondréis sobre un pedestal. El conocimiento de nosotros mismos nos hace caer de rodillas.

(Beata Teresa de Calcuta)

miércoles, 25 de mayo de 2011

PASCUA 19: JESÚS, PAN DE VIDA

Cuando Jesús vino al mundo, lo amó tanto que dio su vida por él. Vino para satisfacer nuestra hambre de Dios. Y ¿cómo lo ha hecho? Él mismo se convirtió en Pan de vida. Por nosotros se hizo pequeño, frágil, desarmado. Las migajas de pan son tan minúsculas que incluso un bebé las puede masticar, incluso un agonizante las puede comer. Se hizo pan de la vida para calmar nuestro apetito de Dios, nuestra hambre de amor.
Yo creo que jamás hubiéramos podido amar a Dios si Jesús no se hubiera hecho uno de nosotros. Y para hacernos capaces de amar a Dios se hizo uno de nosotros en todo, excepto en el pecado. Creados a imagen de Dios, hemos sido creados para amar porque Dios es amor. Por su pasión, Jesús nos ha enseñado cómo perdonar por amor, cómo olvidar por humildad. Encuentra a Jesús y encontrarás la paz.

(Beata Teresa de Calcuta)

lunes, 23 de mayo de 2011

PASCUA 18: SEGUIR AL CORDERO DE DIOS

Jesús es Hijo del hombre, por ser descendiente de Adán y por ser hijo de María. Es el Cristo, el Ungido, el Mesías, por su divinidad; esta divinidad es la que unge su humanidad, presencia total de Aquel que lo consagra. Es el Camino, porque es Él mismo quien nos conduce. Es la Puerta, porque es Él quien nos introduce en el Reino. Es el Pastor, porque es Él quien conduce el rebaño a las praderas y le da a beber un agua refrescante; le enseña el camino que debe seguir y lo defiende contra los animales salvajes; hace regresar a la oveja errante, encuentra a la oveja perdida, cura a la oveja herida, guarda a las ovejas que gozan de buena salud y, gracias a las palabras que le inspira su sabiduría de Pastor, las reúne en el redil de arriba. Él es también la Oveja, porque es la víctima. Es el Cordero, porque no tiene defecto. Es el gran sacerdote, porque ofrece el sacrificio. Es Sacerdote según Melquisedec, porque es Rey de Salem, Rey de paz, Rey de justicia. Estos son los nombres del Hijo, Jesucristo: “Él es el mismo ayer, hoy”, corporal y espiritualmente, “y lo será por siempre”. Amén.

(San Gregorio Nacianceno)

PASCUA 17: DAR SU VIDA EN RESCATE DE TODOS

Cuando el Salvador se puso a predicar el Evangelio se hizo el servidor de todos, declarando Él mismo que no había venido a ser servido sino a servir. Y al final de su vida no se contentó, dice san Bernardo, “con haber tomado la condición de siervo para ponerse al servicio de los hombres; ha querido escoger el aspecto de siervo indigno para ser maltratado y sufrir la pena que teníamos merecida por nuestros pecados”. He aquí que el Señor, siervo obediente a todos, se somete a la sentencia de Pilato, por injusta que fuera, y se entrega a los verdugos. Así es, Dios nos ha amado tanto que, por amor a nosotros, ha querido obedecer como un esclavo hasta la muerte y morir de una muerte dolorosa e infame: el suplicio de la cruz. “Para que el siervo llegue a ser amo-dice san Agustín-, Dios ha querido hacerse siervo”.

(San Alfonso María de Ligorio)

jueves, 19 de mayo de 2011

ORACIÓN PARA IMPLORAR FAVORES POR INTERCESIÓN DEL BEATO JUAN PABLO II (2ª)

Oh, Trinidad Santa, te damos gracias por haber concedido a la Iglesia al papa Juan Pablo II y porque en él has reflejado la ternura de Tu paternidad, la gloria de la cruz de Cristo y el esplendor del Espíritu de amor.
Él, confiando totalmente en tu infinita misericordia y en la maternal intercesión de María, nos ha mostrado una imagen viva de Jesús Buen Pastor, indicándonos la santidad, alto grado de la vida cristiana ordinaria, como camino para alcanzar la comunión eterna Contigo.
Concédenos, por su intercesión, y si es Tu Voluntad, el favor que imploramos, con la esperanza de que sea pronto incluido en el número de tus santos.
Amén.

PASCUA 16: LO HEMOS DEJADO TODO Y TE HEMOS SEGUIDO

No somos llamados una sola vez, sino muchas veces; Cristo nos llama a lo largo de nuestra vida repetidamente. Primero nos ha llamado por el bautismo, pero también después: tanto si obedecemos a su voz como si no, en su misericordia nos sigue llamando. Si quebrantamos nuestras promesas bautismales, nos llama a arrepentirnos. Si nos esforzamos para responder a nuestra vocación, nos llama para seguir adelantando de gracia en gracia, de santidad en santidad, de tal manera que la vida nos la conserva para llegar a esta santidad. Abraham fue llamado a dejar su casa y su país; Pedro, sus redes; Mateo, su empleo; Eliseo, sus campos; Natanael, su descanso. Todos, sin cesar, somos llamados de una cosa a otra, cada vez más lejos, sin dejar lugar al descanso, sino subiendo hacia nuestro descanso eterno y obedeciendo a una llamada interior. Cristo nos llama a cada instante, camina de alguna manera entre nosotros, y con su mano, con sus ojos, con su voz, nos hace una señal para que le sigamos. No captamos que su llamada es algo que ocurre en este mismo momento. Pensamos que tuvo lugar en tiempo de los apóstoles, pero no creemos y no esperamos que verdaderamente esto ocurra también hoy para nosotros.


(Cardenal Newman)

PASCUA 15: “OS DIGO TODO ESTO PARA QUE MI ALEGRÍA ESTÉ EN VOSOTROS”

La alegría es la oración, la alegría es la fuerza, la alegría es el amor. Es como una red de amor que coge a las almas. Dios ama a los que dan con alegría. Aquellos que dan con alegría dan más. No hay mejor manera que mostrar nuestra gratitud a Dios y a los hombres que aceptarlo todo con alegría. Un corazón ardiendo de amor es, necesariamente, un corazón lleno de alegría. No permitáis jamás que la tristeza os invada hasta el punto de haceros olvidar la alegría de Cristo resucitado.
Todos experimentamos el ardiente deseo del cielo, allí donde se encuentra Dios. Pues bien, desde ahora está en poder de todos nosotros estar en el cielo con Él, ser con Él felices desde este mismo instante. Esta felicidad inmediata con Él quiere decir amar como Él ama, ayudar como Él ayuda, dar como Él da, servir como Él sirve, socorrer como Él socorre, permanecer con Él todas las horas del día y tocar su mismo ser presente detrás del rostro de la aflicción humana.


(Beata Teresa de Calcuta)

martes, 17 de mayo de 2011

PASCUA 14: NO TENGÁIS MIEDO

Jesús se presentó en medio de ellos y les dijo: “No tengáis miedo, paz a vosotros”. Más que nunca tenemos necesidad de entender esta palabra de Cristo resucitado :”¡No tengáis miedo!”. Es una necesidad para el hombre de hoy que no cesa de tener miedo en su fuero interno y no sin razón. Es igualmente una necesidad para todos los pueblos y todas las naciones del mundo entero.
Es necesario que en la conciencia de cada ser humano se fortifique la certeza de que existe Alguien que tiene en sus manos el futuro del mundo que pasa, Alguien que guarda las llaves de la muerte y de los abismos, Alguien que es el Alfa y el Omega de la historia del hombre, ya sea individual o colectiva; y sobre todo la certeza de que este Alguien es Amor, el Amor hecho hombre, el Amor crucificado y resucitado, el Amor siempre presente en medio de los hombres. Él es el Amor eucarístico. Es fuente inagotable de comunión. Es el único a quien podemos creer sin la más mínima reserva cuando nos pide: “¡No tengáis miedo!”.

(Juan Pablo II)

PASCUA 13: SE PUSO A CAMINAR CON ELLOS

El mismo Salvador, a quien la Palabra de la Escritura nos pone ante nuestros ojos en su humanidad mostrándonos cómo recorrió todos los caminos sobre la tierra, habita entre nosotros escondido bajo la apariencia del pan eucarístico, viene a nosotros todos los días como Pan de vida.
En estos dos aspectos se hace próximo a nosotros, y bajo estos dos aspectos desea ser buscado y encontrado por nosotros. El uno llama al otro. Cuando con los ojos de la fe vemos al Salvador delante de nosotros, tal como nos lo describe la Escritura, entonces crece nuestro deseo de acogerle en el Pan de vida. El pan eucarístico, a su vez, aviva nuestro deseo de conocer cada vez más profundamente al Señor a partir de la Palabra de la Escritura, y da fuerzas a nuestro espíritu para que la comprendamos mejor.

(Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein)

miércoles, 11 de mayo de 2011

PASCUA 12: CRISTO RESUCITÓ

Cristo resucitó,
Todo nace a la vida,
Todo es luz y color;
¡fiesta, gozo y amor!,
Es tu Pascua, Señor.
Cristo resucitó,
No más llanto ni pena,
La tiniebla pasó;
¡fiesta, gozo y amor!,
Es tu Pascua, Señor.
Cristo resucitó,
Mar y cielos exultan,
El desierto está en flor;
¡fiesta, gozo y amor!,
Es tu Pascua, Señor.

lunes, 9 de mayo de 2011

ORACIÓN PARA IMPLORAR FAVORES POR INTERCESIÓN DEL BEATO JUAN PABLO II (1ª)

Oh Dios Padre Misericordioso, que por mediación de Jesucristo, nuestro Redentor, y de su Madre, la Bienaventurada Virgen María, y la acción del Espíritu Santo, concediste al Beato Juan Pablo II la gracia de ser Pastor ejemplar en el servicio de la Iglesia peregrina, de los hijos e hijas de la Iglesia y de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, haz que yo sepa también responder con fidelidad a las exigencias de la vocación cristiana, convirtiendo todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte y de servir al Reino de Jesucristo. Te ruego que me concedas por su intercesión el favor que te pido... (pídase). A Tí, Padre Omnipotente, origen del cosmos y del hombre, por Cristo, el que vive, Señor del tiempo y de la historia, en el Espíritu Santo que santifica el universo, alabanza, honor y gloria ahora y por los siglos de los siglos. Amén.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

PASCUA 11: VIVIR DE NUEVO

En nuestra vida tenemos experiencias de las que decimos que es como vivir de nuevo, o como tener una nueva oportunidad: cuando nos recuperamos de una enfermedad o salimos ilesos de un accidente. Esas situaciones límite nos ayudan a valorar lo que tenemos e incluso pueden llevarnos a cambiar nuestra forma de vida. Gracias a ellas descubrimos lo verdaderamente importante. La resurrección de Jesucristo lo hace todo nuevo. No se trata de que su espíritu permanezca entre nosotros, sino de que la tumba está vacía y su carne ha sido glorificada. Por eso Jesús se aparece a los apóstoles, y también nosotros podemos encontrarnos con Él, porque está vivo y sale al encuentro de los hombres.
Al confesar su resurrección, nuestro corazón se ensancha y comprende mejor todo lo que puede esperar. La resurrección del Señor nos coloca ante lo más grande y por eso toda nuestra existencia cobra una nueva densidad. Ya no nos amenaza la muerte porque sabemos que no tiene la última palabra. Jesús nos ha liberado y, resucitado, camina junto a nosotros haciendo que sea posible vivir de un modo distinto, haciendo crecer en nosotros la esperanza. Porque la tumba está vacía el mundo no es absurdo.

PASCUA 10: POEMA

Te amo, mi Dios, y mi solo deseo
Es amarte hasta el último respiro de mi vida.
Te amo, oh Dios infinitamente amable,
Y prefiero morir amándote
Antes que vivir un solo instante sin amarte.
Te amo, Señor, y la única gracia que te pido
Es aquella de amarte eternamente.
Dios mío, si mi lengua
No pudiera decir que te amo en cada instante,
Quiero que mi corazón te lo repita
Tantas veces como respiro.
Te amo, oh mi Dios Salvador,
Porque has sido crucificado por mí,
Y me tienes aquí crucificado por ti.
Dios mío, dame la gracia de morir amándote
Y sabiendo que te amo. Amén

(san Juan María Vianney)

viernes, 6 de mayo de 2011

PASCUA 9: SE BUSCAN TESTIGOS DEL RESUCITADO

Jesús dijo a Tomás: "Tu crees porque has visto. Felices los que creen sin haber visto" (Jn 20, 29)
Estas palabras de Jesús se refieren a nosotros, a los cristianos de hoy que seguimos encontrando a Cristo Resucitado, aunque "no lo veamos" con los ojos del cuerpo, los efectos que se producen son exactamente los mismos: somos "felices", porque tenemos la certeza de que creemos en algo real; porque tenemos una esperanza diferente a quienes no creen; porque vamos por la vida luchando por hacer realidad el sueño de Jesús: vivir el Reino de Dios entre los hombres.
Piensa, a quién le debes tu fe: ¿a tus padres?, ¿a un sacerdote?, ¿a un catequista?, ¿a algún amigo?. La fe es un don de Dios que recibimos en el bautismo, pero también es consecuencia del testimonio de alguien que ya se encontró con Jesús Resucitado. Quizá tú has sido la causa de la fe de alguna persona. ¡felicidades!, esa es la tarea de todos los cristianos.

PASCUA 8: PRIMERA Y PRINCIPAL VERDAD DE NUESTRA FE

Los apóstoles de Jesús comenzaron su predicación anunciando este hecho indiscutible: Jesús de Nazaret, quien fue clavado en una cruz y sepultado RESUCITÓ. Todo su mensaje giró en torno de esta noticia; hoy la Iglesia también centra todo su trabajo apostólico en JESÚS RESUCITADO. A partir de esta VERDAD, se realiza la evangelización, hace dos mil años y hasta nuestros días.
La resurrección de Jesús es el hecho más importante de toda la Historia de la Salvación. Es un asunto fundante -en él está fundada nuestra fe- y fundamental -sin Resurrección sería absurda, y no tendría razón de ser nuestra fe-. Si Cristo no hubiera resucitado, la Iglesia no podría anunciar ninguna Buena Noticia de salvación para nadie. San Pablo lo afirma claramente: "Si Cristo no fue resucitado, nuestra predicación ya no contiene nada ni queda nada de lo que creéis…. Y…vosotros no podéis esperar nada de la fe…. Pero no, Cristo resucitó de entre los muertos…" (1Co 15, 14; 17; 20). La Resurrección de Jesús es una VERDAD, a la que de ninguna manera debemos renunciar si nos llamamos cristianos.

miércoles, 4 de mayo de 2011

PASCUA 7: CELEBRAR LA PASCUA DE DIOS

Celebrar la Pascua cristianamente, además de participar personalmente en las celebraciones comunitarias, requiere vivir personalmente lo que los textos y los ritos significan.
Es preciso primeramente creer en la verdad histórica de la resurrección de Jesús. Estar convencido de que Cristo vive y está asumido en la vida gloriosa de Dios, en el centro del mundo, presente en todos los tiempos y en todos los espacios como fuerza que sostiene y configura y lleva adelante el mundo entero. Es preciso además saber y creer que somos miembros suyos, injertados en su humanidad, habitados por El, trasladados por El hasta la presencia del Padre celestial. Estamos arraigados en El, vivimos en el Cielo más que en la tierra, y todo lo que vivimos y hacemos en este mundo lo hacemos desde la verdad y con el espíritu de Jesucristo, como hijos de Dios y ciudadanos del cielo.

Esta es la fuente secreta de la vida de los cristianos, esta es la fuente de la que recibimos la fuerza espiritual para no dejarnos dominar por el mundo, para amar a Dios poniéndolo como Jesús en el centro de nuestro corazón, para amar a nuestros prójimos con el amor de Jesús con un amor de hermanos, verdaderamente afectivo y efectivo. Un amor que nos hace ocuparnos de las necesidades de los demás, tratarlos como nosotros queremos ser tratados, compartir con ellos los bienes que Dios nos da, cambiar este mundo por la influencia y la implantación del amor de Dios y del orden de la caridad.

PASCUA 6: RESURRECCIÓN, CENTRO DE LA FE Y DE LA VIDA

La Resurrección de Jesús por el poder de Dios, después de su muerte, es la consumación de la salvación de Dios, el centro de nuestra fe, y el hecho central de la creación y de la salvación del mundo.
Los cristianos nos distinguimos de los demás por muchas cosas, pero la diferencia más radical y lo más original de nuestra fe es precisamente creer que Dios, con su poder, resucitó a Jesucristo, como primicia de lo que Dios quiere hacer con todos los que crean en El. Nosotros creemos con todo nuestro corazón que Jesús es el Hijo de Dios hecho hombre, que vino a la tierra para redimirnos del pecado y del poder de la muerte dando testimonio de la bondad de Dios y anunciándonos las promesas de la vida eterna. La incredulidad y el rechazo de los judíos lo condenaron a muerte y en el patíbulo de la Cruz Jesús manifestó definitivamente el amor de Dios aceptando la muerte de su Hijo como precio de la salvación de los hombres. Por su fidelidad, por su obediencia, por el ofrecimiento de su vida, Jesús mereció ser liberado de la muerte y glorificado en su humanidad como Juez y Señor del mundo.

Manteniéndose fiel al Padre celestial y a la misión recibida hasta la muerte, a pesar de los rechazos y las injusticias sufridas en su propia carne, Jesús quebró el poder del mal en el mundo, consumó la verdad de la vida humana en la fidelidad y la obediencia a Dios, abrió los caminos de la verdadera piedad para la humanidad entera. Por todo ello mereció ser glorificado por el Padre celestial en su carne moral, fue resucitado, transfigurado, glorificado y constituido Juez y Salvador de vivos y muertos.