TEXTOS PARA MEDITAR

TEXTOS PARA MEDITAR
En esta sección irán apareciendo distintos textos, poesías, pensamientos de autores conocidos,... que nos pueden ayudar a reflexionar un poco y a meditar sobre nuestro comportamiento como cristianos.

sábado, 30 de abril de 2011

PASCUA 5 : PUESTO QUE CRISTO HA RESUCITADO

Puesto que Cristo ha resucitado,
la fuerza del presente es el futuro.
Puesto que Cristo ha resucitado,
el mundo está en marcha y no lo detendrán
las conquistas logradas,
ni los intereses de los vencedores.

Puesto que Cristo ha resucitado,
estamos en transformación permanente
y es preciso cambiar el mundo
desde sus cimientos.
Puesto que Cristo ha resucitado,
hay un amor y una casa ¡para todos!.

Puesto que Cristo ha resucitado,
creemos en una Tierra Nueva.
Y porque creemos y esperamos,
no tenemos nada que conservar.

Y afirmamos que, el mejor modo
de conseguirlo todo,
es perderlo todo por una sola cosa.

Francisco Loidi.

PASCUA 4: EL CIRIO PASCUAL

Es el símbolo más destacado del Tiempo Pascual. La palabra "cirio" viene del latín "cereus", de cera. El producto de las abejas. El cirio más importante es el que se enciende en la vigilia Pascual como símbolo de cristo – Luz, y que se sitúa sobre una elegante columna o candelabro adornado.
El Cirio Pascual es ya desde los primeros siglos uno de los símbolos más expresivos de la Vigilia. En medio de la oscuridad (toda la celebración se hace de noche y empieza con las luces apagadas), de una hoguera previamente preparada se enciende el Cirio, que tiene una inscripción en forma de cruz, acompañada de la fecha del año y de las letras Alfa y Omega, la primera y la última del alfabeto griego, para indicar que la Pascua del Señor Jesús, principio y fin del tiempo y de la eternidad, nos alcanza con fuerza nueva en el año concreto que vivimos. Al Cirio Pascual se le incrusta en la cera cinco granos de incienso, simbolizando las cinco llagas santas u gloriosas del Señor en la Cruz.
En la procesión de entrada de la Vigilia se canta por tres veces la aclamación al Cristo: "Luz de cristo. Demos gracias a Dios", mientras progresivamente se van encendiendo los cirios de los presentes y las luces de la iglesia. Luego se coloca el cirio en la columna o candelabro que va a ser su soporte, y se proclama en torno a él, después de incensarlo, el solemne Pregón Pascual.
El Cirio Pascual estará encendido en todas las celebraciones durante las siete semanas de la cincuentena pascual, al lado del ambón de la Palabra, hasta la tarde del domingo de Pentecostés. Una vez concluido el tiempo Pascual, conviene que el Cirio se conserve dignamente. El Cirio Pascual también se usa durante los bautizos y en las exequias, es decir al principio y el término de la vida temporal, para simbolizar que un cristiano participa de la luz de Cristo a lo largo de todo su camino terreno, como garantía de su definitiva incorporación a Luz de la vida eterna.

lunes, 25 de abril de 2011

PASCUA 3: PREGÓN PASCUAL (II)

¡Qué noche tan dichosa!
Sólo ella conoció el momento
en que Cristo resucitó de entre los muertos.
Ésta es la noche
de la que estaba escrito:
«Será la noche clara como el día,
la noche iluminada por mí gozo.»
Y así, esta noche santa
ahuyenta los pecados,
lava las culpas,
devuelve la inocencia a los caídos,
la alegría a los tristes,
expulsa el odio,
trae la concordia,
doblega a los poderosos.
En esta noche de gracia,
acepta, Padre santo,
este sacrificio vespertino de alabanza
que la santa Iglesia te ofrece
por medio de sus ministros
en la solemne ofrenda de este cirio,
hecho con cera de abejas.
Sabernos ya lo que anuncia esta columna de fuego,
ardiendo en llama viva para gloria de Dios.
Y aunque distribuye su luz,
no mengua al repartirla,
porque se alimenta de esta cera fundida,
que elaboró la abeja fecunda
para hacer esta lámpara preciosa.
¡Que noche tan dichosa
en que se une el cielo con la tierra,
lo humano y lo divino!
Te rogarnos, Señor, que este cirio,
consagrado a tu nombre,
arda sin apagarse
para destruir la oscuridad de esta noche,
y, como ofrenda agradable,
se asocie a las lumbreras del cielo.
Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo,
ese lucero que no conoce ocaso
y es Cristo, tu Hijo resucitado,
que, al salir del sepulcro,
brilla sereno para el linaje humano,
y vive y reina glorioso
por los siglos de los siglos.
Amén.

PASCUA 2: PREGÓN PASCUAL (I)

Exulten por fin los coros de los ángeles,
exulten las jerarquías del cielo,
y por la victoria de Rey tan poderoso
que las trompetas anuncien la salvación.
Goce también la tierra,
inundada de tanta claridad,
y que, radiante con el fulgor del Rey eterno,
se sienta libre de la tiniebla
que cubría el orbe entero.
Alégrese también nuestra madre la Iglesia,
revestida de luz tan brillante;
resuene este templo con las aclamaciones del pueblo.
En verdad es justo y necesario
aclamar con nuestras voces
y con todo el afecto del corazón
a Dios invisible, el Padre todopoderoso,
y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padre
la deuda de Adán
y, derramando su sangre,
canceló el recibo del antiguo pecado.
Porque éstas son las fiestas de Pascua,
en las que se inmola el verdadero Cordero,
cuya sangre consagra las puertas de los fieles.
Ésta es la noche
en que sacaste de Egipto
a los israelitas, nuestros padres,
y los hiciste pasar a pie el mar Rojo.
Ésta es la noche
en que la columna de fuego
esclareció las tinieblas del pecado.
Ésta es la noche
en que, por toda la tierra,
los que confiesan su fe en Cristo
son arrancados de los vicios del mundo
y de la oscuridad del pecado,
son restituidos a la gracia
y son agregados a los santos.
Ésta es la noche
en que, rotas las cadenas de la muerte,
Cristo asciende victorioso del abismo.
¿De qué nos serviría haber nacido
si no hubiéramos sido rescatados?
¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad!
¡Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!
Necesario fue el pecado de Adán,
que ha sido borrado por la muerte de Cristo.
¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor!

PASCUA 1: ¿QUÉ ES LA PASCUA?

El tiempo pascual comprende cincuenta días (en griego = "pentecostés", vividos y celebrados como un solo día: "los cincuenta días que median entre el domingo de la Resurrección hasta el domingo de Pentecostés se han de celebrar con alegría y júbilo, como si se tratara de un solo y único día festivo, como un gran domingo" (Normas Universales del Año Litúrgico, n 22).
El tiempo pascual es el más fuerte de todo el año, que se inaugura en la Vigilia Pascual y se celebra durante siete semanas hasta Pentecostés.
Es la Pascua (paso) de Cristo, del Señor, que ha pasado de la muerte a la vida, a su existencia definitiva y gloriosa. Es la pascua también de la Iglesia, su Cuerpo, que es introducida en la Vida Nueva de su Señor por medio del Espíritu que Cristo le dio el día del primer Pentecostés. El origen de esta cincuentena se remonta a los orígenes del Año litúrgico. Dentro de la Cincuentena se celebra la Ascensión del Señor, que pertenece al misterio de la Pascua del Señor. Y concluye todo con la donación del Espíritu en Pentecostés.

sábado, 23 de abril de 2011

SEMANA SANTA 10: SONETO

No me mueve, mi Dios, para quererte
El cielo que me tienes prometido,
Ni me mueve el infierno tan temido
Para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
Clavado en una cruz y escarnecido.
Muéveme el ver tu Cuerpo tan herido,
Muéveme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, al fin, tu Amor, y en tal manera
Que aunque no hubiera cielo yo te amara
Y aunque no hubiera infierno te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,
Pues aunque lo que espero no esperara,
Lo mismo que te quiero te quisiera.

(Anónimo)

SEMANA SANTA 9: MEDITACIÓN DE LAS SIETE PALABRAS

PRIMERA:"Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lc 23,34)
Aunque he sido tu enemigo,
mi Jesús, ¡cómo confieso!,
ruega por mí: que, con eso,
seguro el perdón consigo.
Cuando loco te ofendí,
no supe lo que yo hacía:
sé, Jesús, del alma mía
y ruega al Padre por mí.
SEGUNDA:"Hoy estarás conmigo en el Paraíso" (Lc 23, 43)
Vuelto hacia Ti el Buen Ladrón
con fe implora tu piedad:
yo también de mi maldad
te pido, Señor, perdón.
Si al ladrón arrepentido
das un lugar en el Cielo,
yo también, ya sin recelo
la salvación hoy te pido.
TERCERA:"He aquí a tu hijo: he aquí a tu Madre" (Jn 19, 26)
Jesús en su testamento
a su Madre Virgen da:
¿y comprender quién podrá
de María el sentimiento?
Hijo tuyo quiero ser,
sé Tú mi Madre Señora:
que mi alma desde ahora
con tu amor va a florecer.
CUARTA:"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Mt 27, 46)
Desamparado se ve
de su Padre el Hijo amado,
maldito siempre el pecado
que de esto la causa fue.
Quién quisiera consolar
a Jesús en su dolor,
diga en el alma: Señor,
me pesa: no más pecar.
QUINTA:"Tengo sed" (Jn 19, 28)
Sed, dice el Señor, que tiene;
para poder mitigar la sed
que así le hace hablar,
darle lágrimas conviene.
Hiel darle, ya se le ha visto:
la prueba, mas no la bebe:
¿Cómo quiero yo que pruebe
la hiel de mis culpas Cristo?
SEXTA:"Todo está consumado" (Jn 19,30)
Con firme voz anunció Jesús,
ensangrentado,
que del hombre y del pecado
la redención consumó.
Y cumplida su misión,
ya puede Cristo morir,
y abrirme su corazón
para en su pecho vivir.
SÉPTIMA:"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" (Lc 23, 46)
A su eterno Padre,
ya el espíritu encomienda;
si mi vida no se enmienda,
¿en qué manos parará?
En las tuyas desde ahora
mi alma pongo, Jesús mío;
guardarla allí yo confío
para mi última hora.

lunes, 18 de abril de 2011

SEMANA SANTA 8: LA VIRGEN CALLADA


En la recoleta calle

se encontraron madre e hijo

se miraron hijo y madre

y ninguno nada dijo.

Qué puñal de doble filo

en el pecho le clavaban

al ver su cabeza santa

con espinas coronada.

Callada siguió la madre

cuando oyó los martillazos.

Callada cuando pusieron

a Jesús muerto en sus brazos.

Callada, siempre callada,

cuando a las tres de la tarde

volvióse noche cerrada,

cuando los guardias huían

y los valientes temblaban.

Cuando una espina punzante

el pecho le traspasara

Ella, serena seguía,

muerta de dolor, ¡callada!.

sábado, 16 de abril de 2011

SEMANA SANTA 7: SENTIDO DEL SUFRIMIENTO A LA LUZ DE LA PASIÓN DEL SEÑOR

La redención realizada por Cristo al precio de la pasión y muerte de cruz, es un acontecimiento decisivo y determinante en la historia de la humanidad, no sólo porque cumple el supremo designio divino de justicia y misericordia, sino también porque revela a la conciencia del hombre un nuevo significado del sufrimiento. Cristo es el único que verdaderamente no tiene pecado, y que, más aún, ni siquiera puede pecar. Es, por tanto, Aquel --el único-- que no merece absolutamente el sufrimiento. Y sin embargo es también el que lo ha aceptado en la forma más plena y decidida, lo ha aceptado voluntariamente y con amor. La potencia redentora del sufrimiento está en el amor. Jesús dio a conocer más de una vez que el concepto de sufrimiento, entendido exclusivamente como pena por el pecado, es insuficiente y hasta impropio. Desde que Cristo escogió la cruz y murió en el Gólgota, todos los que sufren, particularmente los que sufren sin culpa, pueden encontrarse con el rostro del "Santo que sufre", y hallar en su pasión la verdad total sobre el sufrimiento, su sentido pleno, su importancia. A la luz de esta verdad, todos los que sufren pueden sentirse llamados a participar en la obra de la redención realizada por medio de la cruz. Participar en la cruz de Cristo quiere decir creer en la potencia salvífica del sacrificio que todo creyente puede ofrecer junto al Redentor. Entonces el sufrimiento se libera de la sombra de lo absurdo, que parece recubrirlo, y adquiere una dimensión profunda, revela su significado y valor creativo.

viernes, 15 de abril de 2011

SEMANA SANTA 6 : ¿POR QUÉ LA CRUZ?

Hoy parecemos asistir a la desaparición progresiva del símbolo de la cruz. Desaparece de las casas de los vivos y de las tumbas de los muertos, y desaparece sobre todo del corazón de muchos hombres y mujeres a quienes molesta contemplar a un hombre clavado en la cruz. Esto no nos debe extrañar, pues ya desde el inicio del cristianismo San Pablo hablaba de falsos hermanos que querían abolir la cruz: "Porque son muchos y ahora os lo digo con lágrimas, que son enemigos de la cruz de Cristo" (Flp 3, 18). La cruz es símbolo de humillación, derrota y muerte para todos aquellos que ignoran el poder de Cristo para cambiar la humillación en exaltación, la derrota en victoria, la muerte en vida y la cruz en camino hacia la luz. La cruz, con sus dos maderos, nos enseña quiénes somos y cuál es nuestra dignidad: el madero horizontal nos muestra el sentido de nuestro caminar, al que Jesucristo se ha unido haciéndose igual a nosotros en todo, excepto en el pecado. ¡Somos hermanos del Señor Jesús, hijos de un mismo Padre en el Espíritu! El madero que soportó los brazos abiertos del Señor nos enseña a amar a nuestros hermanos como a nosotros mismos. Y el madero vertical nos enseña cuál es nuestro destino eterno. No tenemos morada acá en la tierra, caminamos hacia la vida eterna. Todos tenemos un mismo origen: la Trinidad que nos ha creado por amor. Y un destino común: el cielo, la vida eterna. La cruz nos enseña cuál es nuestra real identidad.

SEMANA SANTA 5 : LA FUERZA DEL ESPÍRITU

"E, inclinando la cabeza, entregó el Espíritu" (Jn 19,20). La entrega suprema del Hijo en la cruz es, al mismo tiempo, la ofrenda sacrificial del Espíritu. El Crucificado entrega al Padre, en la hora de la cruz, el Espíritu que el Padre mismo le había dado, y que le volverá a dar en plenitud el día de la Resurrección. Ahora, el Espíritu es entregado por el Hijo al Padre y, así, el Crucificado queda solo, desvalido, indefenso, marginado con los marginados: "Padre, Padre, ¿por qué me has abandonado?" (Mt 27,46). La entrega del Espíritu al Padre equivale al supremo destierro del Hijo, su hacerse "maldición" en la tierra de los malditos; el hacerse "pecado" con los pecadores; el hacerse totalmente "hombre" entre los hombres. El Calvario representa así el destierro, la noche oscura. De esta forma, Cristo se hace totalmente cercano al hombre, uno de tantos, cualquiera de los nuestros. Luego vendrá la Resurrección. De nuevo el Padre apostará por el Hijo. "Éste, a quien creíais muerto, vive; a quien creíais fracasado, triunfa". De nuevo irrumpirá el Espíritu en Pentecostés. Esta vez sobre todos... La promesa se hace realidad... Bajo la luz del Espíritu, el cristiano afinará su mirada hasta descubrir al Dios hecho carne en los contextos de humillación, vejación y crimen, del llamado cuarto mundo, basurero del primero. Con la fuerza del Espíritu, se mantendrá firme junto al más necesitado, aun cuando, en la noche oscura, sin ver y sin entender nada, muchas veces grite como Job: ¿Por qué, por qué?..., porque aparentemente Dios no da respuesta a ninguno de los por qué surgidos de nuestra impotencia. Y con la sabiduría del Espíritu, el cristiano irá aprendiendo a encarnar las teorías de escuela en praxis comprometida, y apostar por la Vida que el Padre quiere avivar en tantos lugares de muerte, donde sigue presente la cruz de su Hijo Jesús.

SEMANA SANTA 4 : A JESÚS CRUCIFICADO

A vos corriendo voy, brazos sagrados, en la cruz sacrosanta descubiertos, que para recibirme estáis abiertos, y para no castigarme estáis clavados. A vos, divinos ojos eclipsados, de tanta sangre y lágrimas cubiertos, que para perdonarme estáis despiertos y para no confundirme estáis cerrados. A vos, clavados pies para no huirme; a vos, cabeza baja, por llamarme; a vos, sangre vertida para ungirme; a vos, costado abierto quiero unirme; a vos, clavos preciosos quiero atarme con ligadura dulce, estable, firme. Juan M. García T., poeta colombiano

martes, 12 de abril de 2011

SEMANA SANTA 3: LA PASCUA DEL AMOR

Nadie en esta vida lo ha dado todo, y tanto como lo hizo Jesús. Es el Amor supremo que se me puede ofrecer. Es la entrega total del Hombre-Dios, en la cruz, por mí. Jesús no escatima ningún esfuerzo, y lucha titánicamente. Bebe hasta el fondo la copa del sufrimiento y del abandono por mí, y con ello logra que cada día pueda yo llamar a Dios: PADRE. Sí, Padre mío, y Padre nuestro. Es el Amor con toda su grandeza y pureza. Es el Amor de la donación total, sin esperar nada.
Muchas veces los hombres buscamos el amor en la tierra, y no siempre encontramos quien nos corresponda. Hay fallos y debilidades en el amor humano y, sin embargo, nos afanamos y luchamos por él. Y, pudiendo disfrutar gratis del AMOR, con mayúsculas, ¿cómo no lo valoramos y apreciamos debidamente?...
El Amor de Dios no falla nunca y nos espera siempre; nos disculpa, nos comprende y nos ama en todo momento. Es el AMOR ABSOLUTO. Por eso, a la hora de su despedida, el Jueves Santo, nos deja en la Eucaristía su Cuerpo y su Sangre, como máxima expresión de su deseo de estar junto a nosotros. Además nos infunde su propio Espíritu para poder sentir, pensar y obrar como Él.

lunes, 11 de abril de 2011

SEMANA SANTA 2: ¿POR QUÉ EL CAMBIO DE FECHAS?

La Semana Santa cambia cada año debido a la relación que tiene con la pascua judía y las diferencias entre el calendario judío y el nuestro. Los judíos comen el cordero pascual la víspera del 15 de Nisan (el primer mes del calendario judío). Jesús celebró la pascua (la última cena) según la costumbre judía, o sea, el 14 de Nisan, murió en la cruz el 15 de Nisan y resucitó el domingo siguiente, que ese año fue el 17 de Nisan. El calendario judío es lunar, y el nuestro solar, lo cual complica bastante las cosas. Por ejemplo, el calendario tiene 354 días. En los primeros tiempos, los cristianos de origen judío continuaron usando el calendario judío para la pascua: El viernes santo lo celebraban el 15 de Nisan y la pascua de resurrección el 17 de Nisan (fuese o no domingo). En el resto del imperio romano, sin embargo, se tomó en consideración que Jesús históricamente resucitó el domingo y todos los domingos se celebra a la fiesta de la Resurrección. Por eso se optó por celebrar la Pascua el primer domingo después de la primera luna llena después del equinoccio de primavera. El Primer Concilio de Nicea (325) decretó que la práctica romana debe observarse en toda la Iglesia. Los ortodoxos celebran la pascua otra fecha porque siguen el calendario Juliano (ortodoxo ruso). La fecha de la fiesta de Pascua católica fluctúa entre el 22 de Marzo y el 25 Abril. En referencia a ella se calculan las otras fiestas movibles del calendario litúrgico.

SEMANA SANTA 1: DÍAS GRANDES DEL SEÑOR

• La Semana Santa tiene dos partes esenciales: 1- El final de la Cuaresma: Domingo de Ramos, Lunes, Martes y Miércoles Santo 2- El Triduo Pascual: Jueves, Viernes y Sábado. Este es el tiempo más importante de la Iglesia en todo el año. Domingo de Ramos: Celebramos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén en la que todo el pueblo lo alaba como rey con cantos y palmas. Por esto, nosotros llevamos nuestras palmas a la Iglesia para que las bendigan ese día y participamos en la misa. Jueves Santo: Este día recordamos la Última Cena de Jesús con sus apóstoles en la que les lavó los pies dándonos un ejemplo de servicio. En la Última Cena, Jesús se quedó con nosotros en el pan y en el vino, nos dejó su cuerpo y su sangre. Es el jueves santo cuando instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio. Al terminar la última cena, Jesús se fue a orar, al Huerto de los Olivos. Ahí pasó toda la noche y después de mucho tiempo de oración, llegaron a aprehenderlo. Viernes Santo: Ese día recordamos la Pasión de Nuestro Señor: Su prisión, los interrogatorios de Herodes y Pilato; la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión. Lo conmemoramos con un Via Crucis solemne y con la ceremonia de la Adoración de la Cruz. Sábado Santo o Sábado de Gloria: Se recuerda el día que pasó entre la muerte y la Resurrección de Jesús. Es un día de luto y tristeza pues no tenemos a Jesús entre nosotros. Las imágenes se cubren y los sagrarios están abiertos. Por la noche se lleva a cabo una vigilia pascual para celebrar la Resurrección de Jesús. Vigilia quiere decir “ la tarde y noche anteriores a una fiesta.”. En esta celebración se acostumbra bendecir el agua y encender las velas en señal de la Resurrección de Cristo, la gran fiesta de los católicos. Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua: Es el día más importante y más alegre para todos nosotros, los católicos, ya que Jesús venció a la muerte y nos dio la vida. Esto quiere decir que Cristo nos da la oportunidad de salvarnos, de entrar al Cielo y vivir siempre felices en compañía de Dios. Pascua es el paso de la muerte a la vida.

viernes, 8 de abril de 2011

CUARESMA 19: CUARESMA DE LA ALEGRÍA

La preparación no es un tiempo de tristeza, es ya parte del misterio pascual. Van a ser tres largos meses de fiesta: primero, cuarenta días de tensa espera; después, el gozoso día de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, el Día, la Pascua, el triunfo de la vida sobre la muerte; en conclusión, cincuenta días más, asimilando y viviendo el misterio. Es que un día es poco para tanta verdad y para tanta alegría. Hay que prolongar el tiempo y dosificar el alimento. Hay que acostumbrarse a tanta dicha. El deseo de la Iglesia es que esa Fiesta no termine nunca, que ese Día no tenga ocaso. Por eso, el primer anuncio de la Cuaresma es de alegría. No penséis, por favor, en mortificaciones y en complejos de culpa. Vivir en la negatividad es hasta blasfemo. No mortificaciones, sino vivificaciones; no penitencias, sino conversión; no culpa, sino gracia. No hablemos, pues, solamente de mortificaciones. sino de libertad: no hablemos nada más de ayunos y limosnas, sino de solidaridad; no "busquemos" sufrimientos, sino aceptemos y compartamos los sufrimientos, para superar todo sufrimiento.

miércoles, 6 de abril de 2011

CUARESMA 18: CONVIÉRTETE AL ORAR

Orar es abrirte al ser, dejarte invadir por la presencia del Ser, que es Amigo, contemplar, agradecer, adorar, amar. Orar es entrar dentro de ti mismo, hasta llegar hasta tu más íntima intimidad, que es Fuente de ser. Es entrar en la dimensión de Dios, que se hace presente en las demás personas, en los acontecimientos de la vida, en la naturaleza toda; y orar es dejarse interpelar por la palabra de Dios, que se ha hecho vida en Cristo Jesús. El sigue hablando, porque es «libro vivo». Orar es entrar en la profundidad de todo, ver y escuchar y sentir y comprender y trabajar y relacionarse y amar en verdad y profundidad. Ahí, en lo profundo, encontramos a Dios. Lo mismo da que cantemos salmos o que atendamos al enfermo o que contemplemos un árbol o que andemos entre libros y pucheros. Dios está ahí.

CUARESMA 17: EXPERIENCIA DE DESIERTO

Avanzar, caminar por el Desierto hacia la Vida, hacia la Pascua, hacia la Resurrección. Algo de esto es la Cuaresma. En realidad, toda la existencia cristiana es peregrinaje hacia el encuentro del Padre, siguiendo las huellas de Cristo, bajo la fuerza del Espíritu, pero lo celebramos de una forma más significativa en estos cuarenta días que preceden a la Pascua, como si fuera un "cristianismo concentrado". El desierto es lugar de "paso". Nadie construye una casa en la arena. A lo sumo se limita a plantar la tienda de campaña. La experiencia de desierto es un estímulo permanente a vivir el sentido de lo provisional. Estamos de paso. Nacemos, crecemos, morimos... No vale la pena "acumular" y "tener", almacenando en los graneros. Desprenderse del peso inútil de tantas cosas superfluas para poder aligerar la marcha. Calcular bien qué poner en la mochila para que sea útil y no estorbe la escalada hasta la cima. Nuestra morada definitiva está "más allá", en los "cielos nuevos y la tierra nueva" (Ap 21,1). Además de provisional, el desierto es también lugar de dificultades. Tiempos recios los nuestros. Sociedad secularizada, donde hasta la palabra "Dios" anda ausente. Como si no se le necesitara, o incluso estorbara. El creyente avanza como en una carrera de obstáculos, le ronda el cansancio, el desánimo le paraliza, tira fácilmente la toalla. Durante la Cuaresma la iglesia invita al dominio de uno mismo. Cristo superó las tentaciones, no por ser "Dios", sino por "dejarse llevar del Espíritu". ¿Las venceremos nosotros? ¿Podremos celebrar la Fiesta, la Pascua?

lunes, 4 de abril de 2011

CUARESMA 16: ¿POR QUÉ EL AYUNO?

Es necesario dar una respuesta profunda a esta pregunta, para que quede clara la relación entre el ayuno y la conversión, esto es, la transformación espiritual que acerca del hombre a Dios. El abstenerse de la comida y la bebida tienen como fin introducir en la existencia del hombre no sólo el equilibrio necesario, sino también el desprendimiento de lo que se podría definir como "actitud consumística". Tal actitud ha venido a ser en nuestro tiempo una de las características de Ia civilización occidental. El hombre, orientado hacia los bienes materiales, muy frecuentemente abusa de ellos. El hombre de hoy debe abstenerse de muchos medios de consumo, de estímulos, de satisfacción de los sentidos: ayunar significa abstenerse de algo. El hombre es él mismo sólo cuando logra decirse a sí mismo: No. No es Ia renuncia por Ia renuncia: sino para el mejor y más equilibrado desarrollo de sí mismo, para vivir mejor los valores superiores, para el dominio de sí mismo. Catequesis del Papa Juan Pablo II sobre el Ayuno

CUARESMA 15: CONVERSIÓN CUARESMAL

Convertirse es recordar que el Señor nos hizo para sí y que todos los anhelos, expectativas y búsquedas de nuestra vida, sólo descansarán, sólo llegarán a su plenitud, cuando volvamos a El.
La conversión es la llamada insistente de Dios a que asumamos, reconozcamos y purifiquemos nuestras debilidades.
La conversión es ponernos en el camino de rectificar los pequeños o grandes errores y defectos de nuestra vida, con la ternura, la humildad y la sinceridad del hijo pródigo.
La conversión es mirar a Jesucristo y contemplar su cuerpo desnudo, sus manos rotas, sus pies atados, su corazón traspasado y sentir la necesidad de responder con amor al Amor que no es amado.
Y así, de este modo, la conversión, siempre obra de la misericordia y de la gracia de Dios y del esfuerzo del hombre, será encuentro gozoso, sanante y transformador con Jesucristo.

CUARESMA 14: SÍMBOLOS DE LA CUARESMA (II)

La cuaresma es AGUA: es el tránsito de la sed de nuestra insatisfacción al agua viva, el agua de Moisés al pueblo de Israel en el desierto o de Jesús a la mujer samaritana.
La cuaresma es LIBERACIÓN, TRIUNFO: es superación victoriosa de las pruebas y dificultades. Algunas figuras bíblicas, que sufren graves peligros y vencen en la prueba, son José hijo de Jacob, la casta Susana, Ester, el profeta Jeremías y, sobre todo, Jesús, tentado y transfigurado.
La cuaresma es CRUZ: signo y presencia permanente durante toda la cuaresma. Prefigurada en el Antiguo Testamento y patentizada con el ejemplo de Jesucristo y como su llamada cargar con ella como condición para el seguimiento.
La cuaresma es TRANSFIGURACIÓN: es la luz definitiva del camino cuaresmal, preanunciada y pregustada en la escena de la transfiguración de Jesús. "Por la cruz a la luz".
La cuaresma es el ESFUERZO por retirar el fermento viejo e incorporar la LEVADURA NUEVA DE LA PASCUA RESUCITADA Y RESUCITADORA, ahora y para siempre.